Después de un año de pandemia, muchas cosas se han hecho de forma muy diferente con respecto al año 2019. Por supuesto, las oposiciones a la administración pública no han sido menos y los opositores llevan un año viendo cómo se modifican bases, convocatorias, exámenes e incluso la asignación de plazas.
Este último es el caso de la formación sanitaria especializada (FSE), lo que se conoce comúnmente como MIR, EIR, PIR, FIR, BIR, QIR y RFIR. Médicos, enfermeros, psicólogos, farmacéuticos, biólogos, químicos y radiofísicos internos residentes han visto cómo este año el Ministerio de Sanidad cambiaba radicalmente el modo en el que se les adjudicarían las plazas por las que tanto han estudiado apoyándose en argumentos que convencen a muy pocos.
Ya la pasada convocatoria se trató de hacer una adjudicación de plazas telemática, pero la falta de previsión y la rápida sucesión de acontecimientos durante marzo de 2020 obligaron a dar marcha atrás y a configurar un sistema mixto. Este año, sin embargo, el "defecto de forma" en la convocatoria, culpable de que el Tribunal Supremo suspendiese la elección telemática, ya no existe.
Esta es la razón por la que los opositores a FSE están decidiendo su futuro configurando una lista cerrada de opciones, que poco se parece al sistema anterior a la pandemia. "La elección telemática siempre ha existido, porque hay gente de fuera de España que no se puede desplazar o porque por otras razones no pueden ir al Ministerio en su turno: lo que nos duele de este año es que esta sea la única posibilidad".
Paula acabó medicina hace dos años y le ha tocado presentarse al MIR en la convocatoria 2020 y 2021. "El año pasado no cogí la plaza que me gustaba y he llegado a arrepentirme de no haberme conformado y haber repetido el examen", lamenta. Como ella, muchos estudiantes han perdido la ilusión por comenzar su vida laboral y se conforman con "tener una plaza, sea la que sea".
Como ella, miles de futuros sanitarios se encuentran en un estado de ansiedad que les impide disfrutar del momento. "Estamos agobiados, no sabemos qué puede pasar después de que enviemos nuestra lista de plazas, puede que te asignen la primera elección o la número mil", dice otro opositor, que ha pedido no revelar su nombre por no ser blanco de "más preguntas para las que no tengo respuesta".
El sistema de elección funciona de la siguiente manera: cada uno de los examinados debe hacer una lista de preferencias en la web del Ministerio, y se le asignará la primera plaza libre de su lista. "Es decir, si tú has quedado de número 10, tendrás que listar 11 plazas; si has quedado de 7.351 tendrás que anotar 7.352 opciones", explica. La adjudicación la hace un sistema informático en un día, "un sistema que ya ha tenido errores y que lleva días dando fallos a otras especialidades".
Además, afirma este opositor, "tienes que creerte que esa plaza es la que te corresponde, que el sistema no se ha saltado a nadie y que no ha habido ninguna equivocación". Paula asegura que, aunque todos los futuros sanitarios se encuentran en una situación de estrés muy similar, "los MIR y los EIR somos los que más plazas tenemos: ya es difícil hacer una lista de 1.683 opciones como es el caso de los enfermeros, imagínate las más de 8.000 plazas a las que nos enfrentamos los médicos".
Adiós a la conciliación familiar
"Se ha pasado de puntillas sobre este tema porque a muchos les parece poco importante pero, ¿de verdad tengo que irme cuatro o cinco años lejos de mi familia, mi pareja y mis amigos por que el Ministerio no quiere darnos la opción de elegir de forma presencial?" Incluso la Delegación de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos en Galicia (CESM) ha enviado un comunicado a este respecto: el sistema anterior permitía a los opositores saltarse turnos y elegir una plaza cercana a su ciudad de residencia o elegir incluso el mismo hospital o centro de salud que su pareja.
Esto perjudica a todos, pero especialmente a los EIR. "Las enfermeras y enfermeros no suelen presentarse a la oposición al acabar la carrera, cuando lo hacen puede que tengan familia: han eliminado la única posibilidad que tenían un padre y una madre de irse juntos y que sus hijos no vivan separados de uno de ellos". Paula, que está en contacto con opositores de varias especialidades, asegura que esta es la reivindicación que más se hace, pues perjudica a familias enteras.
Otro de los grandes problemas de este sistema es el "conformismo" al que se obliga a los futuros sanitarios, pues muchos de ellos tienen miedo a quedarse sin nada e incluyen opciones en su lista que no acaban de convencerles. "Cuando adjudiquen las plazas tendrás que quedarte con la que te den o renunciar y repetir el examen el año que viene. Muchos anotarán opciones que no les convenzan, pero hay mucho miedo a quedarse sin nada", dice el opositor. Paula, por su parte, prefiere quedarse "con uno de los porsiacasos a volver a repetir el examen el año que viene, no estoy anímicamente preparada para volver a pasar por este proceso".
¿Cómo me afecta a mí?
El mayor inconveniente para la "gente de a pie" es que habrá muchas plazas que no se cubran. Es muy probable que haya cientos de puestos sin ocupar, incluso miles. Imaginemos por ejemplo al número 8.000, que hará una lista de 8.001 opciones: "la opción 1.500 probablemente ya sea ‘de relleno’, es imposible que alguien quiera hacer todas las especialidades en todas las ciudades de España, por lo que acabará renunciando a ella". Así podría haber muchísimos sanitarios, que hagan listados "infinitos" en los que incluyan plazas que, lógicamente, no sean más que los porsiacasos que mencionaba Paula.
Esta renuncia se convertirá en una plaza sin cubrir en un hospital o centro de salud, en el que habrá una persona menos en un servicio. "Evidentemente no somos especialistas todavía, pero sí somos médicos que cubrimos plazas y sí ayudamos a sacar trabajo, si renunciamos a lo que nos hayan adjudicado habrá un puesto sin cubrir durante los próximos cuatro o cinco años", asegura Paula.
Esto se acusará más, previsiblemente, en las plazas de Medicina Familiar y Comunitaria, que tiene un sistema de adjudicación por Unidades Docentes (UD) y no por Centro. "Por ejemplo, en Lugo existen tres UD: Lugo, Monforte y Burela. Si yo elijo Medicina Familiar en Lugo y me toca Burela quizás no la quiera porque no me guste el centro o porque estaré muy lejos de mi familia y mi pareja, que están en Vigo. En este caso, renunciaría a la plaza", explica el opositor, que asegura que esta especialidad podría ser de las más perjudicadas de este nuevo sistema.
Por tanto, se traduce en menos médicos en Atención Primaria, servicio que ya se encuentra excesivamente saturado como consecuencia de la pandemia. "Vemos que se acudirá más a los servicios de Urgencias, por lo que continuaremos viciando la organización y saturando servicios que ya están al límite", afirma el opositor.
Por todas estas razones ayer volvían a manifestarse frente al Ministerio de Sanidad para denunciar el sistema de adjudicación de plazas, que por el momento continuará haciéndose de forma telemática. "La sensación es de impotencia y de agobio constante, porque la justicia tampoco es rápida y el Tribunal Supremo no parece que nos vaya a dar la razón antes del 16 de junio", dice Paula, haciendo referencia al día en el que se cierra el plazo para entregar la lista. "En general, estoy muy cabreada, es injusto que me obliguen a conformarme y que lo único que quiera es que esto acabe ya".
Aunque los días pasen y el nerviosismo aumente, lo que tiene claro, como todos los -IR, es que seguirá peleando hasta el último día por la posibilidad de elegir dónde acabará su formación y dónde empezará su futuro.