Vigo contará desde mañana con un nuevo servicio: el bus turístico. El alcalde de la ciudad olívica, Abel Caballero, y el director de Vitrasa, Carlos González, presentaron hoy en el Monte do Castro la propuesta turística, que contará con cuatro viajes diarios que durarán aproximadamente una hora y media.

El bus turístico permitirá a los visitantes y vecinos de Vigo conocer los puntos más representativos y emblemáticos de la ciudad, al igual que hicieron 30.000 personas en los últimos cinco años. Algunos de los lugares que recorre este medio de transporte son edificios de interés histórico, el monumento a los caballos de la plaza de España, Monte do Castro, el monumento Porta do Atlántico de plaza de América, el parque de Castrelos, el Museo Quiñones de León y sus jardines, el Estadio de Balaídos, la playa de Samil, la zona de Alcabre y el puerto pesquero, entre otros. Los usuarios podrán bajar en las tres paradas programadas: Monte do Castro, Castrelos y Samil.

La reserva de billetes

Las personas interesadas en realizar el recorrido podrán adquirir su billete online hasta una hora antes de la salida del autobús a través de la plataforma viguesa de venta Woutick!, enlace al que podrán acceder a través de la página web de Vitrasa y de Turismo de Vigo. Los viajeros pueden reservar de esta forma el día y la hora que mejor se adapte a sus necesidades para conocer la ciudad, aunque también pueden comprar los billetes a pie de bus.

El precio del recorrido es de 7,50 euros para los adultos y de 4 euros para los menores de entre 5 y 14 años, mientras que los menores de 5 viajan gratis. El autobús cuenta con una plaza para personas con mobilidad reducida y los usuarios pueden elegir la audio guía en ocho idiomas diferentes (gallego, castellano, portugués, francés, alemán, inglés, italiano y alemán). Los horarios de salida son a las 10:00, a las 12:00, a las 16:30 y a las 18:30 horas, siempre desde la Estación Marítima de Vigo.

Las medidas en materia sanitaria siguen vigentes y la empresa instaló geles hidroalcohólicos en todos los vehículos, además de recordar a los viajeros el uso obligatorio de las mascarillas. La limpieza de los buses se hace a diario de forma exhaustiva y las ventanas permanecen abiertas en todo momento para ventilar, además de que los usuarios no pueden beber ni comer durante el trayecto.