Con motivo del 25 aniversario del fallecimiento de Laxeiro, el Colectivo NEG (Nova Escultura Galega) propone un acercamiento a la figura de Laxeiro en forma de instalación sonora, realizada expresamente para la Fundación Laxeiro, reivindica la faceta del artista más irreverente y provocadora, una actitud que definió su relación con el sistema del arte durante toda su trayectoria.
La Fundación Laxeiro, además de conmemorar el aniversario, quiere aprovechar para incidir en una de las constantes de su figura, como fue la defensa radical de su independencia como artista y también recordarlo de una forma que mantenga viva su memoria, esto es, invitando a artistas del momento a reflexionar sobre su figura. Lo hace retomando la relación de la Fundación con la música contemporánea con la colaboración con Vertixe Sonora.
El título de la exposición RECORDOLETERLORINTOREL hace alusión al currículo que ideó Laxeiro para su exposición en la Galería Torques de Santiago de Compostela en 1978, en el que con palabras inventadas hace una crítica sarcástica a la configuración del sistema del arte.
El Colectivo NEG se sirve de esta acción de Laxeiro para llamar la atención sobre la falta de sintonía, que con frecuencia se da entre el mundo de la creación artística y el sistema en el que se inscribe, una circunstancia que parece no haber cambiado mucho desde la época de Laxeiro hasta la actualidad.
Una pieza sonora indescifrable
La exposición consiste en una instalación en la que las palabras de Laxeiro se van superponiendo hasta conformar una pieza sonora indescifrable, como indescifrable es también el discurso original, formado por palabras inventadas para parodiar sus méritos como pintor, en forma de currículo absurdo, como absurdo era para él todo el aspecto administrativo que inevitablemente acompaña la trayectoria profesional de los y las artistas.
La sala está ocupada por múltiples personajes extraídos de diversos cuadros de Laxeiro, realizados con materiales cotidianos, a la manera de los disfraces que se improvisan en los carnavales de la tradición rural gallega, hechos con lo que se tiene a mano, materiales cotidianos y de deshecho que se presentan al público en una sala oscura, iluminada con luces estroboscópicas.
El resultado consigue captar la iconografía esperpéntica de la figuración laxeiriana, componiendo una escena en la que las voces parecen salir de los personajes que conforman una escenografía que se sitúa en los límites del lenguaje escultórico.