Puente de Rande, en la ría de Vigo.

Puente de Rande, en la ría de Vigo. iStock

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El día que el puente de Rande soñó con ser peatonal

La propuesta a través de Change.org de Pepe Fernández tuvo gran repercusión social en 2016, poco después de comenzar las obras de ampliación de la infraestructura

16 febrero, 2022 06:00

Hace poco más de un año, el puente de Rande cumplía 40 años. Referencia mundial en el sector de las grandes infraestructuras, mide más de un kilómetro y medio de largo y tiene una altura de 152 metros. El puente, diseñado por el ingeniero italiano Fabrizio de Miranda une los municipios de Redondela y Moaña a través del estrecho que le da nombre.

Una infraestructura que cambió el rumbo de Galicia y dotó al sur de la comunidad de una vía sin la que hoy no se puede entender el crecimiento comercial, turístico y de transporte que ha vivido el territorio en las últimas décadas.

De hecho, el tráfico masivo que soporta le llevó a convertirse en el primer puente atirantado en todo el mundo en ampliar sus carriles. Unas obras que comenzaron en febrero de 2015 y que, 32 meses después, en 2017, reinauguraban la infraestructura más simbólica de la ría de Vigo, visible a vista de pájaro para todo turista (o local) que llega en avión a la ciudad.

Obras en el puente de Rande. Foto: Europa Press

Obras en el puente de Rande. Foto: Europa Press ep

La propuesta de Pepe Fernández: peatonal y con carril bici

Precisamente, esas obras de ampliación destaparon un sueño para muchos: dotar al puente de Rande de carriles no solo para vehículos, sino también para peatones y bicicletas. El proyecto, como idea, se lanzó en 2016 a través de la plataforma Change.org de la mano de Pepe Fernández.

La petición iba dirigida a todas las cabezas visibles de la época de diferentes instituciones: desde Ana Pastor como ministra de Fomento, pasando por Jorge Urrecho Corrales, director general de Carreteras, Ethel Vázquez, todavía hoy conselleira de Infraestructuras y Audasa, entre otros. Y aquella recogida de firmas virtual, tomó trascendencia.

"Tuvo más repercusión de lo que había esperado", asegura Pepe Fernández. Este diseñador gráfico es "aficionado a los puentes", "me parecen que tienen una visión magnética", asegura. "Siempre me llamó la atención como en otros lugares del mundo una estructura de esa naturaleza servía para unir no sólo vehículos o trenes, sino también personas".

Puente Golden Gate de San Francisco. Foto: Shutterstock

Puente Golden Gate de San Francisco. Foto: Shutterstock

El Golden Gate, de San Francisco, era uno de esos referentes, que permite pasear sobre el mar, también en bicicleta, y que atraviesa el estrecho que del que también recibe el nombre, entre la bahía de San Francisco y el océano Pacífico. En este puente, los peatones solo pueden recorrer uno de los lados, el este, y las bicicletas pueden avanzar por ambos carriles. Además, un sistema de puertas permite o no el acceso, además de abrir o cerrarlo en base al clima.

Repercusión en redes sociales

La propuesta tuvo gran repercusión en las redes sociales y en Twitter y Facebook comenzó a compartirse y a correr como la pólvora. Pronto, las firmas fueron creciendo y lo que en un inicio parecía una idea con poco recorrido, fue cogiendo la fuerza que da encontrar el respaldo de la gente.

También abrió un debate, asegura, porque a pesar de los numerosos apoyos, había quien aseguraba que "a quién le importa ir a pie" o los que pensaban que cómo se iba a poder hacer "con tanto coche".

Los medios también se hicieron eco de esa posibilidad peatonal de Rande. Así, la TVG entrevistó a Pepe Fernández; pero la emisión del reportaje coincidió en el plató con Francisco Menéndez Iglesias, director general de la Axencia Galega de Infraestruturas, que dejó claro que la iniciativa, por muy llamativa que fuese, era imposible.

De alguna manera, el sueño se iba apagando con la misma cadencia que las firmas dejaban de sumar en el contador de Change.org. La respuesta de la Administración, como dice Pepe, fue una "sonrojante palmada en la espalda". Reconoce que, a pesar de la ilusión y el recorrido de la propuesta, nunca pensó en que se llevase adelante, ya que lo propuso "de manera tardía e improvisada", a sabiendas de que estos grandes proyectos suelen tener muchos pasos previos hasta su ejecución final.

Imagen del estrecho de Rande con casi 70 años de diferencia. Foto: Descubre as Rías Baixas

Imagen del estrecho de Rande con casi 70 años de diferencia. Foto: Descubre as Rías Baixas

Eso sí, asegura que "albergaba la esperanza" de que, si no él, "algún político o representante público" pudiese llegar a hacer "presión para apoyar la idea de unir peatonalmente las dos partes". Lejos de que pueda parecer descabellado, su idea se basaba, en parte, en liberar el puente de Rande de los atascos que cada verano colapsan los accesos a las playas de la zona. "El futuro es que los coches no lleguen a donde nunca deberían haber llegado", sentencia, mientras se muestra muy crítico con que "las playas se conviertan en aparcamientos".

"Fue una idea bonita", suspira. Pero se quedó en un sueño de una noche de verano, y ya se sabe que los sueños, sueños son.