Desde las 11:30 horas de este lunes 12 de diciembre los coches ya circulan por el nuevo túnel de Lepanto, una infraestructura que cambiará el centro de Vigo y que promete descongestionar el tráfico rodado del casco urbano. "Es una conexión entre el centro de la ciudad y la AP-9", decía esta mañana Abel Caballero: "sustituye al antiguo paso elevado y dará una enorme fluidez al tráfico en el centro".
Esta obra ha costado un total de 24,6 millones de euros, financiados en un 70% por Adif, y acumula incontables retrasos tras más de un año de trabajos. Hoy, por fin, se termina una de las infraestructuras más demandadas por los vigueses y se conecta el casco urbano directamente con la Autopista del Atlántico.
La infraestructura, no obstante, abrirá durante solo un par de meses, pues en febrero se prevé que se vuelva a cerrar al tráfico para avanzar con las obras del ascensor Halo en la estación de Vialia. Reabrirá, de forma ya definitiva, previsiblemente en el mes de marzo.