El cantante Iván Ferreiro ha sacado Trinchera Pop, un LP que nace siete años después de su anterior trabajo, Casa. En plena promoción del álbum, el artista ha concedido una entrevista a Esquire en la que no solo habla de su música, también se moja opinando sobre el medio ambiente, la familia, la salud mental e incluso sobre Vigo.
Ferreiro vive en el municipio vecino de Nigrán y su vínculo con la ciudad olívica es más que obvio, pero confiesa que casi nunca se acerca hasta allí. En palabras del cantante, "le satura". "Lo que voy a decir ahora me va a arruinar la vida pero yo detesto el Vigo de ahora, detesto las luces y detesto a Abel Caballero. Y al resto de la oposición también, ¿eh?", declara ante la periodista de Esquire, Ana Pérez.
El artista nigranés también ha tenido palabras para la Navidad de Vigo: "Están poniendo una ciudad por encima de sus posibilidades y hablan de un retorno económico que solo beneficia a los hosteleros. Es la dictadura de la hostelería". Ferreiro explica que acudió estas pasadas navidades al centro y se quedó "atascado".
El Vigo de los 80
El cantante, símbolo del indie nacional, reflexiona sobre las nuevas generaciones de músicos, que a su parecer tienen una visión "más avanzada y profesional" sobre la profesión: "Yo recuerdo el Vigo de los 80, la reconversión industrial, era inseguro, ibas con el cuchillo entre los dientes todo el rato… Todos teníamos una actitud más agresiva para defendernos del mundo y teníamos muy poca inteligencia emocional".
Sin embargo, Ferreiro afirma que le gustaba más "el Vigo de los 80" porque "tenía una cosa cultural que molaba". A ojos del cantante, "ahora veo una fila de vigueses que dicen que Vigo es lo mejor, que no se vive mejor en ningún otro lugar", una postura que la parece "peligrosa" porque "cuando estás convencido de que lo que tienes es lo mejor que hay en el mundo, es el principio de fracaso".