Mientras en toda Galicia resuena la victoria del Partido Popular en las elecciones autonómicas del pasado 18 de febrero, de nuevo con mayoría absoluta y con más votos para el candidato Alfonso Rueda de los que nunca llegó a colectar Alberto Núñez Feijóo, en Vigo los ojos se desvían a los resultados de BNG y PSOE.
"Non temos teito", proclamó el portavoz nacionalista del partido en la ciudad olívica, Xabier P. Igrexas, en el contexto de los resultados de las autonómicas logradas por su partido, que se convirtió, por primera vez, en la fuerza más votada. En Vigo, el partido liderado por Ana Pontón obtuvo un 79,5% más de votos que en los comicios de 2020: 56.820 votos frente a los 31.645 de hace 4 años, y un porcentaje total de papeletas que aumentó en 13,6 puntos, hasta el 37% de total de papeletas.
El PSOE, por su parte, cayó hasta el tercer escalón del podio. Si en 2020 logró 43.332 votos, un 31,97% del total, y a medio punto del PP, que fue el más votado en la ciudad, el pasado 18-F perdió casi 13.000 votos, lo que implica casi 12 puntos menos en el porcentaje de voto y un 29% menos de votos a su favor.
El Partido Popular, por su parte, obtuvo casi 10.000 votos más en la cuidad (un 22,4% más) y se hizo fuerte en los tres sectores del centro. El porcentaje de voto aumentó en 2,67 puntos.
Así, el reparto de Vigo se hizo en color azul, más o menos oscuro, pero el rojo socialista no aparece en el mapa; el PSdeG, con Besteiro como candidato y Abel Caballero participando activamente y resaltando los beneficios de la llegada de los socialistas a la Xunta para los vigueses, no obtuvo la victoria en ninguna mesa electoral de la ciudad olívica.
Extrapolación de sensaciones, ¿y de resultados?
El análisis posterior, una vez conocidos los resultados al detalle, ha derivado en la extrapolación de los resultados de las autonómicas a las municipales y, siguiendo esta línea pero para un ámbito superior, repetir la hipótesis pero mirando los resultados nacionales.
A nivel local, el BNG de Vigo ha visto claras dos cosas: se ha castigado al PP por el "abandono y maltrato" a la ciudad por parte de la Xunta; y la "desautorización" de los votantes vigueses a Caballero, tras lograr el Bloque casi duplicar en votos a los socialistas. Es decir, Igrexas ha querido deslizar que un resultado así supone un cambio de rumbo en la ciudad a la hora de ejercer el voto en las municipales.
Por eso hay que preguntarse: ¿Qué ocurriría si mañana se celebrasen unas elecciones municipales en Vigo?
PSOE cae, BNG crece
Si se atiende a los resultados de las dos últimas votaciones, en 2019 y 2023, hay dos tendencias significativas: a pesar de repetir con mayoría absoluta, Abel Caballero perdió casi 20.000 votos en cuatro años, lo que supuso perder también un escaño. Algo que parece insignificante, al encontrarse la mayoría absoluta en 14 concejales, por lo que la ventaja sigue siendo muy holgada; en votos, más de 82.313 para Caballero, 25.132 para el PP y 15.008 para el BNG.
La otra tendencia es la del crecimiento del BNG en la ciudad; de hecho, fue el más beneficiado en las municipales del año pasado. Fue el partido que más creció, logró dos concejales más que en 2019 y casi duplicó los votos recibidos, de 8.461 a 15.008.
A pesar de la tendencia al alza de los nacionalistas, resulta complicado visualizar un escenario en el que las tornas se giren de tal manera que el BNG lograse aproximarse tanto a los socialistas como para poner en riesgo una nueva alcaldía de Abel Caballero. De hecho, el Partido Popular también creció en un escaño con casi 5.000 votos más en la ciudad, por lo que la posibilidad de restarle votos al PSOE entre populares y nacionalistas supondría un reparto que dejaría la ventaja para los socialistas.
Desde el Partido Popular la victoria se celebró en clave atonómica, pero la renuncia de la presidenta del partido en la ciudad justo un día después de los comicios, según ya había adelantado la que fue también candidata a la alcaldía en las pasadas elecciones municipales, Marta Fernández-Tapias, que ha dejado la vida política y los tres cargos que ostenta, ha motivado que algunas voces del partido, como Luis López, hayan remarcado que la renovación hecha por la ex presidenta del PP en la ciudad, ha funcionado. "Cogió el partido en una situación crítica y lo ha renovado y modernizado", ha estimado el Presidente de la Diputación.
Voto "personal" en las municipales
En estos casos, es importante destacar la particularidad de las elecciones a la alcaldía frente a las autonómicas y las generales. En el primer caso, se realiza una votación más "personal" y el candidato no se identifica tanto con unas siglas como en otros procesos electorales. Se vota al alcalde, a la persona, no a un partido determinado. Buena prueba de ello son los resultados de estas autonómicas en municipios como se ha visto en Vigo, pero también en otras localidades cercanas como Nigrán.
Su alcalde, Juan González, del PSOE, goza de la confianza de los vecinos y cuenta con mayoría absoluta por segunda legislatura consecutiva, pero Nigrán se tió de azul popular en estas últimas elecciones autonómicas.
El mismo caso se puede aplicar en sentido a nivel estatal; el Partido Popular obtuvo en las municipales de 2023 25.132 votos, fue la segunda fuerza más votada y logró 5 concejales. En estas últimos comicios autonómicos, obtuvieron 54.010, casi 20.000 más, pero es complicado que esa cantidad se repita en unos comicios municipales, aunque sí que son casi los mismos que los logrados en las elecciones generales del año pasado.
En este sentido, sería probable, aunque siempre puede haber sorpresas, que si mañana los vigueses tuvieran que votar en una elecciones municipales, Abel Caballero volviera a estar al frente de la ciudad.