La asamblea de los trabajadores de Vitrasa ha votado mayoritariamente a favor paralizar la huelga indefinida y sentarse a negociar de nuevo con la compañía, aceptando la última oferta presentada por esta. Según informa el presidente del comité, Imanol Arnoso, la resolución ha contado con el respaldo de 158 empleados.

La empresa concesionaria del transporte urbano de Vigo puso sobre la mesa la posibilidad de una subida salarial del 2% en el año 2021 o una subida del 3% en el año 2023, ambas consolidadas (es decir, no podrán ser modificadas ni suprimidas de forma unilateral por la empresa); ahora será el comité quien valorará cuál de las dos se aceptan. Mientras tanto, como había solicitado en su momento Vitrasa, los trabajadores suspenderán la huelga, al menos, de manera temporal.

El comité de Vitrasa apunta así que la parada de las protestas se hará efectiva a partir del inicio de la semana que viene, tras casi cuatro meses de huelga indefinida (comenzó el 25 de noviembre) y manifestaciones diarias durante las últimas semanas. Ante los 158 votos a favor de aceptar la oferta de la empresa se emitieron también 32 votos a favor de establecer paros parciales, 23 respaldando la continuación de la huelga, tres "a favor de parar a cambio de nada" y dos en blanco.

Un conflicto que se remonta al 2020

A pesar de que el conflicto de Vitrasa se ha visto agravado este último año, cabe recordar que las protestas de los trabajadores tienen su origen tiempo atrás debido a la congelación del convenio colectivo en el 2020. Con motivo de la pandemia, la compañía de transporte urbano alegó haber perdido 9,5 millones de pasajeros y solicitó una compensación económica al Concello, quien a su vez prolongó la concesión hasta el año 2025.

Durante el 2021 los empleados protagonizaron diversas manifestaciones y paros parciales del servicio, al tanto que la empresa comunicaba pérdidas cifradas en más de 14 millones de euros y finalmente, propuso a la plantilla reducirles temporalmente el sueldo un 30%. Así las cosas, el conflicto se fue enquistando los años siguientes, con sucesivas mesas de negociación infructuosas, intervenciones en el Pleno municipal y la petición constante al Concello de Vigo de tomar cartas en el asunto.

El ente municipal ha declarado en distintas ocasiones que es un conflicto privado, si bien el alcalde anunció un reequilibrio económico cuya cifra aún no se ha desvelado. El portavoz del BNG vigués, Xabier P. Igrexas, ha solicitado en reiteradas ocasiones acceder a ese expediente y, ante las respuestas del Concello fuera de plazo, ha amenazado con tomar acciones legales si no se permite la consulta de dicho documento.