El pasado 31 de mayo y tras 25 días de trabajo -que motivaron el desvío de vuelos desde la ciudad olívica a Santiago- el Aeropuerto de Peinador recuperaba la normalidad y las conexiones habituales. La intervención, cifrada en 23.622.000 euros, incluyó la extensión de 71.000 toneladas de asfalto para remodelar la pista.
Con todo, y tal y como se indicó por aquel entonces, las obras en la terminal viguesa todavía no terminarían, puesto que restaban algunas puntuales en otras zonas que, no obstante, no afectarían al servicio de vuelos.
Este mismo lunes, fuentes de AENA, empresa pública encargada de la gestión de los aeropuertos españoles y responsable de sufragar la actuación en Vigo, precisaron a este medio que, el fin del reasfaltado de la pista no implicaría el final de las obras -el plazo de ejecución del conjunto es de nueve meses- y que todavía se están realizando tareas que no afectan a la operatividad del aeropuerto.
En lo tocante a las tareas citadas, se encuentra la adecuación de los sistemas de iluminación aeronáutica redundantes o la nivelación de las pendientes de la franja a ambos lado de la pista.
Por otro lado, las mismas fuentes aseguraron que, para el correcto desarrollo de las intervenciones, todos los agentes implicados en el tráfico aéreo se están reuniendo "periódicamente" para "estudiar los avances de la obra" y "proponer nuevas medidas". Todo lo anterior bajo la supervisión de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA).
Por último, el Aeropuerto vigués cuenta con el sistema ILS -Sistema de Aterrizaje Instrumental- "plenamente operativo" que permitió que durante las jornadas de niebla de la pasada semana los vuelos operaran "con normalidad".