El pasado domingo un nonagenario se confundió a la hora de sacar su vehículo de un estacionamiento en Vigo y arrolló a varios clientes y empleados de una terraza, que resultaron heridos de diversa consideración. La confusión del conductor, que llevaba un turismo de cambio automático, ha vuelto a abrir uno de los debates más polémicos de la actualidad: ¿Debe renovarse fácilmente el carné de conducir a personas mayores?
Para los mayores, la respuesta es clara, puesto que perder el permiso de conducir supone perder también independencia. "Si yo me encuentro bien y estoy sano, ¿por qué iba a dejar de conducir?", dice un octogenario a Treintayseis. "Yo paso un examen psicotécnico, de vista y de oído, no tomo medicación y tengo mis aptitudes intactas: conduzco porque la ley me lo permite", insiste.
En el caso de los centros de exámenes psicotécnicos, la respuesta también está clara, puesto que se rigen por el Reglamento General de Conductores. "Nos ajustamos a la legislación y hacemos los mismos exámenes que para conductores de cualquier edad, lo único que pedimos adicionalmente es un informe del médico de cabecera en el que se indiquen posibles dolencias, que deben estar convenientemente tratadas", explican desde un centro psicotécnico de Vigo.
Un riguroso examen médico
"Además de las pruebas de agudeza visual y auditiva, debemos saber si la persona tiene alguna enfermedad que pueda afectar a su conducción, que deberá estar tratada", insisten. "Por ejemplo, en el caso de una persona que padezca vértigos, debemos saber por qué se producen y cómo están tratados, pero es independiente de la edad: si una persona joven padece vértigos y no están controlados tampoco podrá conducir".
En cualquier caso, se exige "tener bien la vista, el oído, no tener ninguna enfermedad sin tratar correctamente y, en el caso de las personas mayores, se pide además un informe que indique que está en pleno uso de sus facultades psicofísicas". Es importante, explican desde otro centro médico vigués, "que no tengan una demencia o que padezcan un deterioro cognitivo, que podría ser muy peligroso para él o ella y para otros conductores".
En algunas ocasiones, especifican, "los familiares nos han llamado pidiendo que seamos un poco más rigurosos de lo habitual porque notan que la persona ha perdido algunas capacidades". Sin embargo, en estos casos también será un médico quien decida si la persona es apta o no para conducir, "nunca deciden los familiares, por supuesto, sino los profesionales". Esos mismos profesionales serán los que indiquen con qué frecuencia deberán renovar el permiso, que puede hacerse anual o bianualmente.
Desde los centros insisten en que las personas mayores "están perfectamente capacitadas para conducir si superan las pruebas psicotécnicas". Desde uno de los centros, incluso dejan entrever que el accidente de Vigo podría deberse "más a que el coche fuese automático que a la edad del conductor: la confusión es más habitual de lo que creemos y los coches pueden coger mucha velocidad marcha atrás".
Endurecimiento de la normativa
"El 30% de los fallecidos en accidentes de tráfico en la UE son mayores de 65 años". La subdirectora de la Dirección General de Tráfico, María José Aparicio, daba este dato en unas jornadas de seguridad vial a inicios de este año, explicando por qué la DGT ha endurecido las normas para renovar los permisos de conducir a los mayores de 65 años. "En España en 2019, el 28% de los fallecidos en accidente de tráfico eran mayores de 65 años. Estas cifras se van a agravar, si no hacemos nada, por el envejecimiento de la población".
Con los datos en la mano, desde Tráfico han querido ser más firmes en relación a la pérdida de aptitudes psicofísicas y la consiguiente revisión de la vigencia de los carnés de conducir, normativa que se endurecerá para todos los grupos de edad. Estas normas tienen como objetivo primordial la movilidad de los mayores, aunque teniendo en cuenta la necesidad de especial protección de este grupo de edad.
Este es el motivo por el que a partir de los 65 años debe renovarse el permiso cada 5 años, un periodo que se reduce a un máximo de dos años a partir de los 80. En el caso de los mayores de 80, especifican desde los centros psicotécnicos de Vigo, es el facultativo el que decide cuándo debe volver a realizarse una revisión médica al conductor o conductora.