La muerte de la joven viguesa Déborah Fernández Cervera fue un homicidio y no "indeterminada". Así lo ha decretado el juzgado de instrucción número 2 de Tui, en rechazo a la petición del exnovio de la víctima, único investigado a pesar de que el procedimiento terminó siendo archivado provisionalmente y sobreseído por falta de indicios sólidos contra él.
Así se recoge en un auto del pasado mes de julio, avanzado este martes por Atlántico Diario y reflejado por Europa Press. También lo ha confirmado la familia de la chica a través de redes sociales, que han calificado el intento del exnovio, Pablo P.S.L., de "artimaña" para tratar de "limpiar la propia imagen".
El archivo de esta causa se produjo, según se recoge en la resolución de la jueza encargada, porque "ni los testimonios recabados, ni la práctica de la exhumación del cuerpo de la víctima, ni la inspección de un arcón congelador propiedad en su día del investigado", arrojaron "ningún resultado positivo para la investigación", como tampoco lo hizo el análisis del móvil utilizado por la víctima que fue encontrado en dependencias policiales -y que apareció con motivo de unas obras, 16 años después de haber sido entregado por la familia y sin tarjeta SIM-.
A lo anterior se unió el resultado de las últimas pruebas de ADN, que confirmó que los restos de semen hallados en la vagina de la chica, así como en un pañuelo y un preservativo depositados al lado de su cuerpo, y un pelo que fue recogido en el levantamiento del cadáver, no se correspondían con la muestra recogida a Pablo.
Un cúmulo de "chapuzas"
La investigación policial y judicial fue un cúmulo de "chapuzas" según la familia, con decisiones "incomprensibles", como que se tardase años en investigar el teléfono de la chica o su ordenador, en inspeccionar el coche de su exnovio, o que no se indagase por qué en el listado de llamadas del teléfono de la chica aparecen casi una treintena de huecos en blanco.
A pesar de un contundente informe policial de 2010 -elaborado tras cambios en el equipo de investigación-, y que apuntaba al exnovio de Déborah por su vinculación con la desaparición y muerte de la chica, ese mismo año el juzgado archivó el procedimiento. La investigación fue reabierta a finales de 2019.
En febrero de 2022, por primera en casi 20 años, se citó como investigada a una persona, su exnovio, Pablo P.S.L., que compareció en el juzgado de Tui en marzo y proclamó su inocencia.