Una pasarela peatonal y ciclada unirá las localidades de Tomiño y Vilanova de Cerveira, que forman desde 2018 una eurociudad transfronteriza. En estos últimos tres años, han compartido servicios y la oferta cultural y educativa de ambos municipios, llegando a actuar en muchos sentidos como una única ciudad.
El ‘Parque da Amizade’ es un ambicioso proyecto con el que se pretende crear un parque de sociabilización en el que no haya fronteras físicas, utilizando 15 hectáreas de terreno portugués y 10 hectáreas españolas. "El fin último del proyecto no es construir la pasarela, sino que buscamos la creación de una zona franca social y visibilizar que Europa no tiene fronteras", afirma Sandra González, alcaldesa de Tomiño.
Gracias al apoyo de la Diputación de Pontevedra y de los entes equivalentes del gobierno luso, se ha podido llevar a cabo un concurso en el que se elegiría el diseño más adecuado para construir la pasarela que unirá definitivamente esta eurociudad.
Una ‘línea sobre el Miño’
Una unión de empresas formada por Burgos & Garrido Arquitectos y Bernabeu Ingenieros S.L. ha presentado el proyecto ganador del concurso, creando una pasarela que se integrará en el paisaje y permitirá disfrutar del ‘Parque da Amizade’ como un único espacio. "Se presentaron 24 proyectos y fue un jurado de expertos entre colegios de arquitectos y de ingenieros de España y Portugal los que eligieron el diseño idóneo", dice Sandra González.
Desde Burgos & Garrido cuentan que el diseño buscaba "crear una conexión simbólica y funcional entre ambas ciudades", sobre todo pensando en los trabajadores transfronterizos. "La pasarela se construirá dentro del parque, conectando la estación de tren de Vilanova de Cerveira con la Fortaleza de San Lorenzo de Goián (Tomiño), facilitando a los trabajadores que necesiten moverse a otras ciudades portuguesas la conexión ferroviaria".
La pasarela, además, será "una línea sobre el Miño, perfectamente integrada en el paisaje y prácticamente transparente, respetando las líneas del río para que el impacto visual sea el menor posible", aseguran desde el estudio de arquitectura. Un ligero puente atirantado con dos pilas verticales en los extremos sujetando los tirantes parece ser la solución idónea para unir las dos orillas del río.
También es muy importante la accesibilidad del puente, que permitirá que peatones, ciclistas y personas con movilidad reducida puedan cruzar la pasarela sin problemas. "Además, se ha planificado para que el gálibo final de la pasarela permita pasar a barcos de más de 9 metros de alto, pero sin sobrepasar el 5% de pendiente máximo para que sea perfectamente accesible".
Los pasos de un proyecto transfronterizo
Sandra González, alcaldesa de Tomiño, asegura que este proyecto lleva muchos años en marcha y todavía falta algún tiempo para que se pueda inaugurar esta ambiciosa pasarela. "Se ha elegido al ganador del concurso para el proyecto, pero eso no significa que se vaya a construir ya, por desgracia la burocracia es bastante más lenta de lo que nos gustaría".
Por ahora están presentando el proyecto elegido a las autoridades de ambos países y continúan trabajando para que la Unión Europea incluya en su financiación la construcción de esta pasarela transfronteriza. "Los pasos que siguen a la elección del diseño son lentos porque hay que presentárselo a todas las instituciones que lo tienen que autorizar, pero estamos consiguiendo que todos lo vayan autorizando", reconoce la alcaldesa.
La creación de la pasarela peatonal y ciclable, cuenta, "lleva en marcha desde 2015 y todavía falta mucho por hacer". Sandra González también reconoce satisfecha que, desde que ella llegó a la alcaldía en 2007, "hay proyectos en los que llevo trabajando años y ahora van saliendo: las oportunidades aparecen para quienes las trabajan".
Por el momento no hay una fecha para la inauguración del puente, ni siquiera para su construcción, pero sí que se puede decir que se está consiguiendo sacar adelante un ambicioso proyecto que involucra a dos países europeos muy interesados en fortalecer los lazos que los unen.