El norte de Portugal se ha convertido en uno de los destinos por excelencia para aquellos que quieren realizar una escapada al "extranjero" sin alejarse demasiado de Galicia. Desde la ciudad de Vigo uno puede acercarse hasta Valença do Minho en apenas media hora de viaje, por lo que, conocer nuevos rincones de nuestro país vecino no puede ser más sencillo.
Esta pequeña ciudad lusa, justo al otro lado del río Miño, es una de las favoritas de los gallegos para ir a pasar un día de tiendas, sobre todo en la feria que se lleva a cabo todos los miércoles. Los productos textiles tienen una gran calidad a un precio especialmente económico en este rincón fronterizo, por lo que son muchos los que lo escogen para comprar toallas, sábanas y alfombras, pero también artesanía y todo tipo de productos. Sin embargo, Valença tiene más cosas que ofrecer además de las compras, en solamente un día uno puede recorrerla al completo y disfrutar de su interesante patrimonio y de la deliciosa gastronomía portuguesa.
La mayor fortaleza del Alto Miño
La ciudad de Valença -que significa "la valiente"- destaca por estar rodeada de un impresionante sistema defensivo que se conserva en perfecto estado. La fortaleza de Valença está conformada por una doble muralla de cinco kilómetros, considerada la mayor del Alto Miño, que aspira a conseguir el sello de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Al estar situada en un interesante punto estratégico en lo alto de un promontorio, la villa tuvo una gran importancia en el contexto de los conflictos entre la Corona de Castilla y el Reino de Portugal, por lo que fue rápidamente amurallada hace unos 800 años. Recorrer la muralla y visitar sus diferentes baluartes, torres, puertas y cañones es de lo primero que uno debe hacer al llegar a la ciudad.
Valença tiene una larga historia a sus espaldas, ya que se encuentra localizada sobre un castro romanizado y, posteriormente, también tuvo su papel durante el Imperio romano, precisamente por su importancia estratégica. Aunque a día de hoy es evidente que uno de sus mayores atractivos es el comercio local, no es lo único, pues también destaca su patrimonio (y sus increíbles vistas).
Un detalle interesante es que Valença conforma una eurociudad con el municipio gallego de Tui, con el que limita -con el Miño de por medio-. A través del Puente Internacional de Tui se puede llegar a la ciudad lusa y, además, es posible cruzarlo andando. Visitar Valença es prácticamente una obligación si uno se encuentra en Tui o si está haciendo el Camino de Santiago portugués.
El "recinto da Vila" y el "recinto da Coroada"
La ciudad consta de dos partes, el recinto da Vila al norte y el recinto da Coroada al sur. Ambas tienen interesantes lugares que visitar pero en el norte es donde se concentra la mayor cantidad de vida social, es la zona más grande y con más servicios. A lo largo de todo Valença uno se encontrará con encantadoras callejuelas peatonales donde confluyen las edificaciones con estilo medieval y las típicas fachadas llenas de azulejos con un inconfundible estilo portugués.
Algunos de los mayores puntos de interés de Valença son edificaciones religiosas, como la Igreja de Santa Maria dos Anjos, en el extremo norte del recinto da Vila, la iglesia principal de la localidad de un estilo románico tardío; la Capela Militar do Bom Jesus, en el recinto da Coroada, una capilla barroca donde se conserva una pequeña imagen de Nossa Senhora do Carmo; o la Igreja de Santo Estevão, en el recinto da Vila, una iglesia neoclásica cuyos orígenes se remontan al siglo XIII.
Imprescindible visitar también la Fonte da Vila, el paiol do Campo de Marte -un antiguo polvorín-, la escultura de São Teotónio, la Casa do Eirado y el Marco Miliario romano, construido por el emperador Claudio en el siglo I d.C para señalizar las 42 millas que separaban las ciudades de Braga y Tui por la vía XIX.
Para rematar la visita a Valença es necesario comer o cenar en alguno de sus bares o restaurantes, donde se puede disfrutar de la máxima calidad a unos precios realmente económicos. La opción por excelencia, y la más recomendada por aquellos que visitan la ciudad, es sin duda el bacalao.