Durante más de cincuenta años, los vigueses vieron en primera línea de playa el Gran Hotel Samil-Playa, un edificio de siete plantas que llegó a convertirse en uno de los grandes referentes turísticos de la ciudad. Poco a poco, a medida que la oferta turística se trasladaba al centro, el hotel comenzó a vivir su declive. La disminución de la ocupación y la falta de reformas en sus instalaciones acabarían con su demolición en el año 2019.
Hoy, dos años después, en el mismo espacio en el que se situaba este edificio se está erigiendo un complejo que quiere devolver a la zona su esplendor turístico. Un hotel de categoría 4 estrellas superior formado por tres edificios que albergarán 157 habitaciones y suites en una superficie construida de más de 20.000 metros cuadrados, que reinará sobre la playa de Samil previsiblemente en el verano de 2022.
Primera línea de playa
A finales de agosto de 1968, abría sus puertas un enorme hotel que reinaría sobre el arenal más conocido de la ciudad durante cincuenta años. El Gran Hotel Samil-Playa, construido durante la alcaldía de Portanet y con Fraga como Ministro de Información y Turismo, quería situar la ciudad olívica en el mapa de playas de España.
Con este fin, el empresario Jovito Lavandeira construyó un gran complejo de siete plantas que albergaba 137 habitaciones y, por supuesto, estaba en primerísima línea de playa. Su promesa, además, era la de emplear a un centenar de personas en temporada baja y rozar las 140 durante los meses de verano.
Durante la gran inauguración, presidida por el mismísimo ministro de Turismo, se alabó el nuevo hotel, que supondría uno de los mayores escollos para el movimiento natural del complejo dunar de Samil. Lo que a Fraga le parecía un "claro signo de progreso", ha sido tema de debate en infinidad de foros en la ciudad durante los últimos cincuenta años.
Antes de cumplir el medio siglo, y tras cuarenta años de esplendor, el referente turístico de la playa de Samil se vio obligado a cerrar. La empresa de Lavandeira solicitó ampliar la concesión que le había otorgado el Ayuntamiento a mediados de siglo. El objetivo era reformar sus instalaciones y mantener su estatus, para lo que se quería incrementar el espacio construido del complejo.
Ante la negativa del consistorio local, que consideró que se modificaría demasiado la concesión original si se cedía a la petición de la empresa, el Gran Hotel Samil-Playa fue perdiendo lustre y acabó siendo un fantasma al borde del mar. Tampoco ayudó la crisis económica, que hizo caer en picado la ocupación de muchos establecimientos turísticos, entre ellos este hotel vigués.
En el año 2016 llegó el fin de la concesión y con ella el cierre definitivo del complejo, que llevaba años con las reservas a la baja y con unas instalaciones que se habían quedado obsoletas con el paso del tiempo.
Reconstruir Samil
La salida a concurso de una nueva licitación hizo que la compañía gallega Attica21 decidiese hacerse cargo del solar ocupado hasta entonces por el Hotel Samil, donde planificaba construir un gran complejo que reemplazase la vieja y obsoleta edificación de mediados del siglo XX. El octavo hotel de la cadena abrirá sus puertas en verano de 2022 y avanza ya rápidamente en su construcción.
En el mismo entorno privilegiado, en primera línea de playa, el nuevo Attica21 construirá tres edificios en más de 20.000 metros cuadrados, de los que 6.000 serán urbanizados. Dispondrá de 157 habitaciones y suites, además de un área de 900 metros cuadrados de instalaciones orientadas a la celebración de eventos y reuniones: un gran salón de 462 metros cuadrados compartimentable y dos salas de reunión. También dispondrá una zona exterior para la organización de eventos al aire libre, así como un spa, una piscina exterior, un parking subterráneo y una zona infantil, entre otros.
El objetivo de la empresa, dicen "es reforzar la oferta de alojamientos de calidad de la ciudad olívica, orientado tanto hacia el sector turístico como al de congresos". También se quiere que el hotel esté a disposición de los vigueses, que podrán disfrutar de una amplia oferta gastronómica en los dos restaurantes del complejo y de una terraza chill out con vistas a la ría.
En este caso, a diferencia del Gran Hotel Samil-Playa, se construirán varios edificios de una altura máxima de cuatro plantas, en un complejo que creará en torno a 60 puestos de trabajo directos y 120 indirectos. El nuevo complejo, visualmente menos "chocante" que el anterior, quiere devolver a la primera línea de playa la afluencia de turismo que Samil vivió a finales del siglo XX.