El sector de las bodas de Galicia recupera su actividad y ha empezado la temporada 2022 con fuerzas renovadas y muchas ganas de hacer un verano histórico. Tras dos años "raros", los profesionales del mundo nupcial reconocen que la temporada arranca "con buenas perspectivas" y con la esperanza de que este verano se recuperen por fin las cifras pre-pandemia.
Ana Santervás, presidenta de la Asociación de Profesionales de Galicia de Bodas y Eventos (Aprogabe), reconoce que el reciente anuncio de la retirada de las mascarillas en interiores ha sido el último empujón para enfocar la temporada de forma diferente. No obstante, aclara, "no vemos que vaya a ser un año mucho más ‘loco’ que los anteriores, principalmente porque sigue habiendo 52 fines de semana y no se puede trabajar más días porque no existen".
Como directora de BrunSantervás, empresa de fotógrafos de boda, asegura que "los años anteriores no se van a recuperar en ningún momento, pero este año estamos viendo una situación maravillosa y cifras que se acercan a la normalidad". Ellos, para este 2022, tienen ya reservado cerca del 100% de los días, "aunque hay que contar con que hay parejas que arrastramos desde el 2020".
También dice que hay gente que todavía no ha fijado una fecha definitiva "porque no ha querido: este año ya se puede actuar con normalidad y ha habido movimiento, el que no ha elegido ya una fecha es por decisión personal".
Dos años posponiendo el ‘sí, quiero’
Laura y su futuro marido han tenido que posponer su enlace hasta en dos ocasiones. "Nuestra primera fecha coincidió con el confinamiento de 2020 y pospusimos a la Semana Santa de 2021, pero con el cierre de la hostelería y el repunte de contagios de principios de año nos asustamos y volvimos a posponerla". Este sábado 16 de abril, por fin, Laura e Ismael se darán el ‘sí, quiero’.
Como ellos, Yago Iglesias cuenta la historia de otras cinco parejas. El vigués, también fotógrafo de bodas, admite que él sí ha notado una subida importante en las reservas para este año. "Supongo que influirá todo un poco porque he cambiado mi forma de trabajar y mejorado muchos servicios, pero en 2019 hice 12 bodas y este año tengo 32". "Tengo bodas ‘antiguas’ y algunos que en 2021 no se atrevieron y este año han dado el paso", explica, "además de que ya tengo reservas para el 2023, que pinta muy bien".
"Es una locura posponer dos años tu boda", cuenta Laura, "y, a pesar de haber esperado a que todo estuviese tranquilo, todavía ahora nos han fallado la mitad de los invitados por miedo". Iglesias, por su parte, reconoce que en las bodas en las que ha estado trabajando en los últimos dos años "lo importante era juntarse y disfrutar, a la gente le ha dado igual la mascarilla, la no-mascarilla y un poco todo", explica, confesando que se ha visto muy bien ambiente y muchas ganas de ‘sarao’.
Un año "raro"
En general, todos los profesionales del sector nupcial en Galicia reconocen que el año 2020 fue un año "perdido" que no se podrá recuperar. Ahora, por fin, pazos y restaurantes inauguraron 2022 con casi el totalidad de sus fines de semana reservados, cuando para el "año de la pandemia" contaron poco más de dos o tres celebraciones. "Hay parejas que directamente han tenido que irse a 2023 porque no encontraban fecha", reconoce Ana Santervás, "aunque es verdad que el que quiere casarse sí o sí este año lo va a poder hacer".
Así, se están viendo muchas bodas de invierno y de viernes o domingo, algo que es poco habitual. "No podemos hacer una comparativa real porque habría que hacer un histórico de años anteriores al 2020", explica Santervás, "pero sí podemos asegurar que antes era raro ver bodas en febrero o en noviembre y ahora muchos se animan con tal de no seguir postergando el momento".
De todos modos, dicen, "hasta 2023 no esperamos un año normal porque aun estamos arrastrando esas bodas que no pudieron celebrarse por la pandemia: el 100% que manejamos esta temporada es engañoso porque no todas son bodas nuevas". Los restaurantes, por su parte, empezaron a colgar el cartel de "completo" el primer trimestre del año, augurando una temporada que, después de dos años, se presenta como histórica.
La inminente retirada de las mascarillas en interiores y las ganas de la gente de "normalidad" harán, por fin, que este verano las Rías Baixas vuelvan a sentir cada fin de semana la alegría de celebrar una boda.