La calle Colón es una de las arterias principales de la ciudad para llegar desde el mar hasta el centro, pero a pesar de haber sido una de las principales vías comerciales de Vigo, no ha soportado bien el paso del tiempo. Hoy, la estampa del tramo que va desde el cruce de los cuatro bancos, con Policarpo Sanz y García Barbón, hasta la Farola de Urzaiz, deja una imagen de edificios cubiertos por lonas, antiguas joyas que parecen descatalogadas del paisaje urbano.
Si antaño ese mismo cruce fue el primero en el que se instalaron los pasos de peatones y ese tramo estaba repleto de negocios y locales que formaban parte del recorrido habitual de los vigueses, actualmente muchos de ellos han desparecido y el aspecto exterior se aleja bastante de esa postal antigua.
Una calle que creció como enlace entre el muelle y la carretera de Madrid y que recibe el nombre del descubridor de América, Cristóbal Colón, desde el 12 de octubre de 1892, cuando se descubrió una placa que dejó atrás su antigua denominación, calle Ramal, como parte de la celebración en España del 400 aniversario del hito histórico.
Proyecto en Colón 22
Se mantienen cafeterías clásicas, como Luces de Bohemia, que acompañan la presencia masiva de oficinas bancarias, y ha cerrado El Molino para trasladarse a unos metros de distancia, en Policarpo Sanz. Precisamente, ese bajo forma parte de una de las obras anunciadas en la calle, que augura una futura limpieza de cara en los próximos años. En este caso, se trata de las planificación en el número 22 de unos nuevos pisos de lujo que serán comercializados por Ünique Singular Properties.
Se trata de un proyecto ya presentado al Concello antes de la pandemia y que de momento está parado a la espera de recibir licencia. En él, se abordará una rehabilitación de la estructura interior del inmueble, con casi 150 años, en el que se realizarán cinco viviendas señoriales con acabados de lujo y un piso por cada planta.
Colón 30 para 2024
Unos metros más hacia arriba, en el número 30, otro de los edificios clásicos espera su rehabilitación. Este inmueble, obra de Jenaro Lafuente hijo (su padre fue el autor del edificio contiguo, el número 28), fue adquirido por la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria, conocida como la Sareb o "banco malo", en 2013 por 9,5 millones de euros tras entrar su propietaria, Promalar, en liquidación. Hoy se encarga de su comercialización el Grupo Domo.
Según detallan, se ofrecerán 14 viviendas en altura a las que se sumarán 8 oficinas y 2 locales comerciales en la planta baja. El proyecto cuenta con 2 viviendas de 1 dormitorio, 9 de 3 y otras 3 de 4 dormitorios; además, las viviendas situadas en la planta cuarta y sexta cuentan con amplias terrazas. Está previsto, según Domo, que las obras comiencen en el primer trimestre de 2023 y finalicen en verano de 2024.
Según el portal Idealista, el precio de estas viviendas va desde los 491.000 euros en el caso de la sexta planta con terraza y tres dormitorios de 164 metros cuadrados, hasta los 682.200 euros la tercera planta con cuatro dormitorios y 225 metros cuadrados de extensión. Una de las oficinas en la planta primera, con 115 metros cuadrados, ronda los 210.000 euros y los locales disponibles ascienden a 264.700 euros por 120 metros cuadrados.
Las sombras de Colón 31
En la otra acera se vive otra situación muy diferente con otra de las joyas arquitectónicas de Jenaro Lafuente, en el número 31. Junto con el número 29, fueron levantadas en 1908 por el arquitecto para el político y director de correos Álvaro López Mora. Se trata de una de sus primeras obras y sufrió un año después un gran incendio cuando se iba a finalizar su construcción y que obligó a levantarlo de nuevo.
Pero los problemas continuaron: en 2016 y 2018 se produjeron varios derrumbes en los que, en el último, resultaron heridos dos operarios cuando se realizaban las obras de demolición. Y es que en 2018, el proyecto logró licencia tras un informe positivo de Patrimonio y ser aprobada en la Gerencia de Urbanismo del Concello.
Esta obra inicial, contaba con un presupuesto de 1 millón de euros y obligaba a proteger elementos esenciales, recuperando la fachada original, la reubicación de las seis puertas de acceso a las viviendas, carpintería, exteriores y forja, lucernario y escalera, además de un patio mancomunado con el número 29.
Una vez iniciadas las obras, ocho meses después de obtener la licencia, la promotora presentó un proyecto reformado al Concello, que lo remitió de nuevo a Patrimonio, que esta vez lo rechazó al incumplir el mantenimiento de la envolvente exterior del inmueble. Una vez denegada la licencia, el recurso de la promotora fue rechazado, quedando la obra parada y esa fachada cubierta por una lona publicitaria desde 2020.
En dirección al puerto
En dirección al puerto, Colón 11, el antiguo Hotel Galicia, fue recuperado y convertido en apartamentos de lujo. De hecho, el ático del edificio es el piso más caro de Vigo. Justo enfrente, en el número 8, el Edificio Ribas, una de las obras cumbre del racionalismo en Vigo y abandonado desde hace décadas, recibió la luz verde por parte de la Gerencia de Urbanismo hace poco más de un año. Antigua sede en los bajos del Banco Exterior de España y, posteriormente, de Argentaria y BBVA, Avantespacia Inmobiliaria proyecta una obra donde estarán implicados los números 39, 41 y 43 de Marqués de Valladares, con los que hace esquina, en los que están proyectados seis viviendas de entre 131 y 303 metros cuadrados y una horquilla de precios entre 475.000 y 1.140.000 euros.
Por el momento, habrá que esperar para ver las fachadas de estos edificios recuperando la imagen de antaño, aunque las primeras semillas ya se han plantado para proyectar una calle Colón que cambie la postal que ofrece hoy en día y vuelva a ofrecer el esplendor de varias de las joyas arquitectónicas de Vigo.