Con la vista puesta en el vencimiento de la concesión del contrato del transporte urbano en 2025, el Concello de Vigo ha puesto en marcha la contratación de un estudio que mejore este servicio con el fin de modernizarlo y optimizarlo. Después de treinta años de servicio, Vitrasa tendrá que presentarse a un nuevo concurso público, a pesar de haber ostentado el monopolio del transporte urbano vigués desde 1995.
Precisamente esta renovación obligatoria es la que ha animado al Concello a remodelar el sistema, en el que se han producido escasos cambios en los últimos treinta años y con el que no todos los usuarios están contentos. Los vigueses serán, consecuentemente, quienes opinen sobre el transporte público en la ciudad, en una encuesta general que recogerá las recomendaciones y peticiones de los verdaderos afectados por un cambio de modelo en el transporte urbano.
El estudio sobre la demanda del transporte urbano colectivo en la ciudad contará con un gasto máximo autorizado de 399.682,93 euros. El documento constará de un análisis del sistema actual, la ya mencionada encuesta a la población, la elaboración de un modelo de simulación del tráfico en la ciudad y la presentación y evaluación de propuestas de optimización de la actual red de transporte público urbano.
Desde 2020: un exhaustivo análisis
El actual contrato de concesión del transporte público urbano en autobús de Vigo está vigente desde el 8 de junio de 1995, con una prórroga de 5 años más concedida en 2020 hasta junio de 2025. Según este contrato, concedido a Viguesa de Transportes S. L. (Vitrasa) todo el material, instalaciones, terrenos, medios e infraestructura adscritos al actual servicio pasarán mediante reversión a ser de titularidad municipal una vez finalice la concesión. Por ello, el objetivo del estudio aprobado por el Concello es realizar un exhaustivo inventario actualizado, digitalizado y clasificado de todas las instalaciones y medios adscritos al transporte público para que la administración local tenga una herramienta útil y fiable con el fin de valorar las necesidades y carencias del actual servicio de cara a la mejorarlo en el próximo contrato que se adjudicará en el 2025.
Tras crear este inventario digitalizado, la empresa que realice el estudio deberá analizar de forma exhaustiva el actual servicio de transporte urbano de Vigo, apoyándose en datos reales que el propio Concello suministrará. La intención, dicen los pliegos técnicos de la licitación, es "obtener la relación causa-efecto" de qué afecta al aumento o disminución del uso del transporte público entre los vigueses. Se analizarán datos como las fechas y horarios de mayor afluencia, qué perfiles de tarjeta se utilizan (PassVigo, estudiantes, pensionistas u otras), en qué parada se suben y se bajan y qué línea usan, si se realizan o no transbordos y si se paga en efectivo o con tarjeta.
Con el fin de optimizar y mejorar el mapa de líneas y los horarios de las rutas, también deberá realizarse un inventario actualizado de las marquesinas y postes de parada existentes, para elaborar un Sistema de Información Geográfica que ayude a elaborar un modelo de tráfico actualizado. Actualmente, el Concello de Vigo cuenta con un total de 1.190 puntos de parada del transporte urbano y 38 líneas de autobús que recorren 576,75 kilómetros.
Tras recopilar toda esta información, el último paso consistirá en la elaboración de un cuadro de mandos en el que se propondrán una serie de KPIs (Indicadores Clave de Rendimiento, por sus siglas en inglés), que analizarán detalladamente el funcionamiento del servicio. Estos indicadores servirán de base de cara a toma de decisiones y expondrán una imagen fiel y objetiva de la calidad y rendimiento del servicio. Por ello, deberán reflejar, por ejemplo, el número de usuarios por línea, las frecuencias de paso de cada línea, el tiempo de espera medio del usuario, el grado de accesibilidad de los vehículos o el coste total del servicio por usuario, entre otros.
Hasta 2035: el futuro del transporte vigués
Tras recopilar y analizar toda la información, el estudio encargado por el Concello de Vigo tiene un objetivo claro: determinar el funcionamiento actual del contrato de transporte urbano y elaborar un modelo que elimine fallos y mejore el servicio. Para ello, se hará una macroencuesta a más de 4.300 vigueses, que serán quienes decidan en última instancia cómo será el nuevo modelo de transporte público, ofreciendo su opinión en temas tan importantes como el número de líneas y el mapa que deberían trazar, las frecuencias con las que consideran necesaria cada una de las rutas o las necesidades y problemas a los que se enfrentan actualmente para poder usar el transporte con comodidad.
Con estas respuestas, sumadas al análisis inicial, deberá crearse un modelo realista que pudiese implantarse en Vigo a partir de 2035. El modelo será multimodal e incluirá los métodos de transporte más relevantes, tanto de transporte público como vehículos privados, buscando una complementariedad en los puntos de transbordo gracias a una red de líneas radial que permita el uso de varios autobuses de recorridos que circulen por el interior del casco urbano. Asimismo, deberá buscarse la mejora de la accesibilidad a la red de transporte urbano, aprovechando la oferta disponible al eliminar líneas con itinerarios total o parcialmente coincidentes entre sí y ampliando el mapa de líneas a núcleos urbanos con menor accesibilidad.
En definitiva, el estudio buscará maximizar la captación de viajeros del vehículo privado, buscando nuevas rutas o la mejora de frecuencias entre orígenes y destinos habituales, para configurar así una red de transporte urbano actualizada, cómoda y eficaz.