La Asociación Érguete y la firma de moda La Canalla han creado una colaboración solidaria que tiene como objetivo el diseño y confección de bolsos de material reciclado. Las personas usuarias de Érguete, en riesgo de exclusión social, serán las encargadas de llevar a cabo todo el trabajo de diseño, patronaje y creación de las prendas con el fin de poder comercializarlas en un futuro.

La vuelta a la vida normal tras superar la adicción es la meta fundamental de Érguete, que ofrece a sus usuarios talleres y formaciones que les ayudarán en un futuro a construir una nueva vida. Así lo explican desde la asociación, indicando que este taller es "un paso más" en el camino hacia la recuperación de las personas que viven en sus casas de acogida. "Es una manera de fomentar la inclusión y demostrar a la sociedad que muchos prejuicios no son ciertos: las personas con problemas de adicción están asociadas a la marginalidad y a la delincuencia, pero este proceso demuestra que ellos son los primeros que quieren cambiar y tienen ilusión por hacer cosas nuevas que sean positivas", explican.

Por ello, colaboran junto a La Canalla para ofrecer una formación completa en confección, que va desde la selección de materiales y el patronaje hasta la costura y montaje final de la prenda. El taller, que durará varias semanas, prevé, "si todo sale bien", que a final de año los bolsos puedan ser comercializados. "El objetivo en realidad es ofrecer una formación profesional, si luego se pueden vender sería maravilloso, pero lo importante es el proceso", recuerdan desde Érguete.

Bolsos con mucha historia

Con la ayuda de La Canalla, firma de moda especializada en suprarreciclaje y sostenibilidad, los usuarios de Érguete han podido utilizar "las lonas históricas" de la asociación para confeccionar sus bolsos. "Ya hay un diseño y se realizará con las lonas que se han ido utilizando a lo largo de los últimos treinta años como base", cuentan desde la organización. Además, Francisco Soto, cofundador de La Canalla, explica que los participantes en el taller "han dejado su impronta" firmando las lonas de PVC, que contarán una importantísima historia cuando se conviertan en bolsos.

Lonas firmadas por usuarios de Érguete. Fotos: Cedidas

Lonas firmadas por usuarios de Érguete. Fotos: Cedidas

"No haremos totebags, que son muy básicas y las regalan en cualquier parte, sino que hemos creado un diseño de un bolsón con un bolsillo exterior que es algo más complejo y nos va a permitir dar continuidad al proyecto", explica Soto. La idea, además de crear este bolso "con mucha identidad", es que en un futuro se puedan hacer diseños complementarios que se adapten al bolso: carteras, neceseres o bolsones de diferentes tamaños que podrían alargar un taller que ha sido muy bien acogido.

"Es un taller nuevo y es la primera vez que nuestros usuarios trabajan en diseño textil, así que su futuro dependerá un poco de cómo se desarrolle, pero ha sido muy bien recibido y esperamos tener siempre entre 10 y 20 voluntarios aprendiendo", dicen desde Érguete. "Hemos apostado fuerte por él y esperamos que se mantenga y seguir colaborando con La Canalla".

Para Francisco Soto y su hermana Patricia, socia y cofundadora de La Canalla, el objetivo también es que el taller se mantenga a largo plazo, con vistas a alargarlo al menos hasta final de año. "Para nosotros este proyecto es muy especial, es nuestra forma de devolver a la sociedad lo que ella nos da como creadores artísticos: es nuestra responsabilidad social corporativa a pequeña escala", reconoce.

Luchando contra la marginalidad

Tras trabajar con otras iniciativas solidarias, La Canalla presenta ahora una posible salida profesional a las personas usuarias de Érguete, en riesgo de exclusión social y con el estigma de la adicción casi como seña de identidad. "El problema para las personas que han superado una adicción es que cuando se acaban los recursos de la asociación no tienen a dónde ir", dicen desde Érguete: "La adicción nunca se deja atrás, van a tenerla siempre presente en parte porque la sociedad tiene muchos prejuicios".

Por ello, este tipo de iniciativas proporcionan una formación y una salida profesional a todos aquellos que participan en los programas de asociaciones como la viguesa, "que ya han dado el primer paso y han demostrado que quieren cambiar sus vidas", insisten en la organización. "Nuestra idea es que las viviendas de acogida sean una rampa de salida hacia la sociedad y hacia una vida normalizada, en la que tengan un trabajo y una vivienda, por eso este aprendizaje podría ser una salida profesional".

Para La Canalla esta colaboración también significa mucho, puesto que la firma lleva 20 años abogando por trabajar "con las manos, la cabeza y el corazón". "Ya hemos trabajado con gente en riesgo de exclusión social y para nosotros es muy importante tener conciencia social como marca aunque seamos pequeños: tanto Patricia como yo pensamos que hay que revertir parte de lo que recibimos como artesanos y no tener miedo a compartir nuestros conocimientos, que en este caso tienen un fin positivo".

La colaboración, que ya ha comenzado y se alargará, al menos, durante todo el 2023, comparte de este modo la vertiente profesional y formativa con la emocional, "porque acabas influyendo en las personas con las que trabajas e implicándote en sus circunstancias, siempre sacamos aprendizajes muy positivos", concluye Francisco Soto.