Conocer el funcionamiento de una batea, al tiempo que se recorren, en barco, alguna de las siempre espectaculares rías gallegas, es una actividad turística que, cada año, gana más adeptos. La producción mejillonera, iniciativa que genera empleo y riqueza, parece despertar el interés de los visitantes a la comunidad, pero también de los propios ciudadanos gallegos.

En declaraciones a Europa Press, Joaquín Garrido, secretario del Consello Regulador de la Denominación de Origen Protegida del Mejillón de Galicia; confirma que cada vez es "más frecuente" ver barcos con turistas que se acercan para conocer las bateas. Para Garrido se trata de un turismo "perfectamente sostenible" que "no tiene nada de malo", puesto que es una actividad de "observación" desde los propios barcos. En este sentido, la circulación marítima, insiste, no se ve afectada porque los buques "están muy controlados".

Una de las empresas que, en los últimos tiempos, han lanzado estas experiencias, es la naviera Piratas de Nabia, desde donde aseguran que su "Ruta del Mejillón por la Ría de Vigo" es la que "mejor resultados está obteniendo", llenando las plazas disponibles "día tras día en verano".

Concretamente, el mencionado itinerario -que sale de Cangas y de Vigo- permite recorrer la ría con un guía que explica a los participantes qué son las bateas y cómo se realiza la extracción del mejillón y su cultivo. En dichos recorridos, los turistas pueden observar, además, de qué manera trabajan los marineros. Para completar la experiencia, la naviera ofrece una degustación de mejillón y de vino.

La Ría de Vigo no es la única en la que se puede disfrutar de este tipo de turismo, ya que otras compañías ofrecen barcos que parten desde diferentes puntos de la geografía gallega. Es el caso de O Grove, donde también hay una gran tradición marinera.