Al sur de la provincia de Pontevedra, protegido al norte por la Serra do Argallo y bañado en sus dos flancos por las aguas del río Miño y el océano Atlántico, el municipio de O Rosal es famoso en toda Galicia por sus vinos blancos y extraordinarios espacios naturales. Se trata además de un destino rural situado a medio camino entre el mar, el río y la montaña, cuya historia e idiosincrasia viene marcada por los grandes valles de viñedos, campos y paisajes verdes que se extienden por el grueso del territorio. Lo cierto es que este valle enclavado en la comarca do Baixo Miño conforma una de las subzonas mejor valoradas dentro de la Denominación de Origen Rías Baixas. De hecho, y a pesar de ser una D.O bastante joven ―se creó en la década de los 80 del siglo XX―, bajo su sello se embotellan algunos de los mejores vinos blancos del planeta, elaborados con uvas autóctonas como el albariño, loureira, treixadura y caiño.
Recorrer y acceder al enorme valle de O Rosal es muy fácil desde prácticamente cualquier punto de Galicia e incluso el norte de Portugal. Pozas y molinos, miradores de altura, bosques de ribera… El municipio rosaleiro tiene todo lo necesario para hacer de su patrimonio natural y etnográfico un destino rural de ensueño en la provincia de Pontevedra. Y una de las mejores formas de descubrir esos encantos es hacerlo a través de seis fantásticas rutas que permiten al visitante descubrir la belleza natural, la historia e incluso tradición de este mágico rincón del sur de Galicia.
Senda dos Pescadores
A orillas de los ríos Miño y Taxume, a su paso por O Rosal discurre una ruta homologada conocida como la Senda dos Pescadores PR-G 112. Se trata de un itinerario lineal de lo más sencillo y agradable, que avanza a lo largo de 7,5 kilómetros sin apenas desniveles entre bosques de ribera, áreas de recreo y hasta varias zonas de baño. El punto de partida de la ruta se encuentra en las inmediaciones de la playa fluvial de As Eiras, bordeando desde la costa los paisajes del estuario y las singulares islas del Miño. Lo cierto es que la Senda dos Pescadores también esconde algunos elementos patrimoniales de enorme interés, entre ellos el puente neoclásico del Taxume, los restos de un antiguo aserradero a vapor y el conocido molino hidráulico de As Aceñas. De hecho, esta última construcción tradicional conforma el punto final de un trayecto que permite al visitante sumergirse de pleno en la riqueza natural y patrimonial de esta extraordinaria zona del municipio de O Rosal.
Ruta dos Muiños do Folón e do Picón
La localidad de O Rosal alberga uno de los conjuntos etnográficos más sorprendentes de toda Galicia: los famosos Muíños do Folón e do Picón, integrados en la ruta homologada PR-G 94 y declarados Bien de Interés Cultural desde el año 1998. No es de extrañar, pues este pequeño itinerario circular recorre en apenas 3,5 kilómetros más de 60 molinos de cubo y canal que se disponen en escalera por dos laderas paralelas a la catarata de agua que forman los ríos Cal y Folón. Estas construcciones erigidas a principios del siglo XVIII ―aunque también los hay del XIX― destacan por la propia maravilla de la ingeniería tradicional que representan, pero también por su increíble integración en el entorno natural que las rodea. De hecho, los senderistas también podrán disfrutar de unas panorámicas únicas desde lo más alto de la senda, donde se enmarca un improvisado balcón natural con vistas al valle do Rosal, el Monte de Santa Trega y la desembocadura del Miño.
Ruta circular Couselo-Niño Corvo
Desde la aldea de Couselo hasta el alto do Niño do Corvo se extiende una ruta circular de unos 8 kilómetros que permite a los senderistas descubrir la riqueza natural y paisajística de este rincón del sur de Galicia. El itinerario en cuestión parte de una aldea rural que nos acerca a las pesqueras y viñedos de la zona, dos de las actividades tradicionales más relevantes de la localidad pontevedresa. El camino de ascenso hacia una de las cumbres de la Serra do Argalo, enclavada a unos 312 metros de altitud sobre el nivel, nos dirige al mismo tiempo hasta el conocido como Mirador do Niño Corvo: una de las mejores panorámicas de toda la comarca do Baixo Miño. Muy cerca de esta balconada natural, ya en los límites con el municipio de Tomiño, la ruta también hace una parada en el entorno de Pedra Furada, un singular monumento pétreo y mirador con vistas al estuario del Miño.
Ruta petróglifos de Eiras-Ghorghalado
La comarca do Baixo Miño alberga entre sus límites uno de los conjuntos de arte ruprestre más importantes de toda Galicia. En el caso de la localidad de O Rosal, los petroglifos de Ghorghalado son uno de los referentes de la zona y guardan la singularidad de ser de los pocos de la comunidad realizados sobre una banda de roca esquitosa cuya antigüedad ronda los 400 millones de años, entre los períodos Cámbrico y Silúrico. Los citados grabados se encuentran ubicados en la parroquia de Eiras y la mayoría de ellos presentan distintos motivos geométricos. La ruta interpretativa de los petroglifos de Ghorghalado se extiende a lo largo de 6 kilómetros, atravesando otros puntos de interés como la capilla y sobreiras da Madalena o el entorno de la playa das Eiras.
Sendeiro do Rego da Cal
El Sendeiro do Rego da Cal sigue la estela del río que le da nombre, descubriendo a su paso un sinnúmero de mágicas pozas y fervenzas. A pesar de tratarse de una senda sin balizar, el recorrido a través de este riachuelo no tiene ninguna pérdida. La ruta se extiende a lo largo de 8,5 kilómetros desde la aldea das Cruces hasta la Ermida de San Martiño, entre bosques de ribera, antiguos molinos, pequeños saltos de agua y rápidos, piscinas naturales y alguna que otra cascada. Además, cabe destacar que la parte superior de este recorrido es posible conectar con la ya mencionada Ruta dos Muíños do Folón e do Picón, por lo que es posible continuar desde allí el otro itinerario para descubrir por completo el encanto fluvial y natural de O Rosal.
Alto do Torroso y Castro do Pico da Bandeira
La ruta circular Monte Torroso-Castro do Pico da Bandeira permite a los senderistas descubrir algunos de los enclaves más destacados de la zona costera del municipio de O Rosal. El punto de partida de esta senda de unos 11 kilómetros y dificultad moderada se encuentra en el entorno de la capilla de San Vicente de Marzán. Desde allí va ascendiendo los montes rosaleiros en dirección al municipio de A Guarda, dejando a un lado el océano Atlántico y la desembocadura del río Miño. El Monte Torroso conforma una cordillera montañosa a medio camino entre las localidades de Oia, A Guarda y O Rosal, siendo al mismo tiempo uno de los miradores naturales con mejores vistas sobre la costa do Baixo Miño. En lo alto de esta cima también se esconde un singular conjunto escultórico tallado sobre la propia piedra de las laderas por varios artistas locales. La ruta también realiza una parada en la zona de los petroglifos del Alto da Campana y la Cruz de Portela, cuyo origen más remoto hunde sus raíces en el siglo XVII.