Situado a orillas del río Miño y con poco más de 17.000 habitantes, Tui siempre ha presumido de una gran importancia para Galicia con una historia que cuenta con vestigios de hace muchos siglos.
En el municipio se han encontrado hachas y útiles que datan de hace 20.000 años, existe constancia del periodo neolítico, con petroglifos y yacimientos, y también queda el rastro de pueblos galaicos instalados durante la época castrexa.
Del Imperio romano, por Tui cruzaba una vía de conexión entre Braga y Lugo, que vertebraba Gallaecia, y en el Monte Aloia existió una fortaleza defensiva, el Castellum Tyde. También se aposentaron en la zona suevos y visigodos.
Herencia judía
Tui.
Pero lo que convierte a Tui en un lugar especial dentro de Galicia es su herencia judía, con registros de su presencia desde la Edad Media. De hecho, se trata de uno de los grandes ejemplos de urbe medieval en las Rías Baixas y el callejero local está repleto de muestras judías, como la Casa de Salomón, la Menorá de la Catedral o la colección de sambenitos del Museo Diocesano, los únicos que se conservan de la Inquisición en España.
Según los historiadores, en la Alta Edad Media ya existiría una comunidad judía estable, especialmente a partir del siglo XIII, atraídos por el tráfico portuario y la exportación de vinos. Eso sí, el primer rastro documental está fechado en 1420, con el nombramiento por parte del rey de Diego Fernández de León como recaudador de impuestos.
El edicto de expulsión de los judíos de España firmado por los Reyes Católicos en 1492 rompió la pacífica convivencia entre comunidades religiosas y se vivieron grandes episodios de tensión social y discriminación hacia las familias judeoconversas.
Murallas, catedral de Santa María y Puente Internacional
Catedral de Tui.
Además, Tui conserva las murallas medievales que mandó construir el rey Fernando II de Galicia y León en el siglo XII, y que fueron ampliadas entre los siglos XVII y XVIII. Son las más antiguas de la Comunidad Autónoma después de las de Lugo.
El casco antiguo de Tui está declarado como Bien de Interés Cultural (BIC) y en él destaca la catedral de Santa María, de estilo románico y ojival, que se encuentra rodeada de templos religiosos como el de San Telmo, único ejemplar del barroco-portugués en Galicia, o los conventos de San Francos y As Encerradas.
El Puente Internacional sobre el Miño es otro referente, como punto de unión entre países vecinos y que forma parte del Camino Portugués que lleva hasta Santiago de Compostela.