Las piscinas naturales se han puesto de moda en los últimos años como una alternativa perfecta a las playas. Estas maravillas de la naturaleza son un oasis de tranquilidad y, por tanto, una opción ideal para aquellas personas que buscan huir de las grandes masificaciones en las vacaciones de verano.
Ourense es la única provincia gallega sin costa, si bien alberga infinidad de piscinas naturales para refrescarse en días de mucho calor en los meses de verano. Estas zonas de baño poco o nada tienen que envidiar a las playas, puesto que son entornos naturales de gran belleza que, en muchas ocasiones, solo conocen los lugareños de la zona.
La Poza da Seima, también conocido como el Pozo Negro, es un lugar perfecto que todo amante de la naturaleza debería visitar al menos una vez en la vida. Este rincón es uno de los mejores secretos guardados de los vecinos del municipio de Lobios, a menos de una hora en coche de la conocida como ciudad de As Burgas.
Una cascada y una piscina natural de ensueño
Aquí se puede observar cómo el río Salas cae desde 15 metros de altura dando lugar a una espectacular cascada y piscina natural para darse un refrescante chapuzón y pasar el día en un entorno natural idílico donde sólo se escucha el rumor del agua.
Para llegar hasta allí hay que realizar una ruta a pie de 1 kilómetro y medio, que comienza en el lugar de A Cela. Después de apacar el coche, hay que coger un sendero que sale a mano izquierda y caminar por él unos 200 metros hasta enlazar con otro que, aunque está señalizado como camino cerrado, es el que se debe seguir.
"Al comienzo está empedrado y desciende bruscamente, pero un poco más adelante, se convierte en una veda que desciende arropada por una robleda y llega hasta la misma orilla de la poza", informa la Xunta de Galicia.
La Poza da Semma o Pozo Negro es solo un ejemplo de otros muchos otros en la provincia de Ourense. También merece la pena visitar, como la Poza das Forcadiñas, en Lobios; el Pozo Caído y la Poza da Illa, en Entrimo, y las pozas de As Mestas, en Melón.