Galicia, tierra de historia y de leyendas, es un destino perfecto para los apasionados de la arqueología. Aquellos que disfrutan desentrañando el pasado de un lugar a través de sus vestigios encontrarán en esta región un verdadero paraíso, repleto de yacimientos que revelan cómo era la vida en comunidad hace miles de años atrás. Entre los muchos tesoros que se conservan, las mámoas, también conocidas como medorras, conforman auténticas ventanas abiertas a la cultura funeraria de épocas remotas sobre las que apenas conocemos detalles de la vida. De hecho, en el caso particular de Galicia, los expertos estiman que puede haber alrededor de 20.000 túmulos funerarios dispersos por todo el territorio.
En las entrañas de la provincia de Pontevedra, la localidad de Vilaboa esconde un valioso monumento funerario datado del Neolítico: la bautizada como Mámoa do Rei. Dicho conjunto pétreo de aproximadamente 26 metros de diámetro y 2 metros de altura se encuentra enmarcado a escasa distancia del precioso Lago de Castiñeiras y el entorno natural del Parque de Cotorredondo, un idílico y gran pulmón verde que se extiende entre los límites de Vilaboa y Marín. Además, el citado túmulo megalítico está catalogado como Bien de Interés Cultural y forma parte del conjunto conocido como Chan de Castiñeiras, compuesto por otros siete túmulos y, por lo menos, dos cistas (otra estructura hecha de piedra utilizada en tiempos antiguos como enterramiento).
Una joya del Neolítico en Vilaboa
La Mámoa do Rei de Vilaboa se localiza muy cerca del conocido Lago de Castiñeiras, en un entorno plagado de vestigios de hace varios milenios que ahora se sitúan a más de 400 metros de altitud. El conjunto megalítico de mámoas y dólmenes de Chan de Castileiras fue recuperado para que los visitantes pudiesen cotemplar dichos restos a simple vista, destacando el caso de la mencionada Mámoa do Rei de Castiñeiras. Este túmulo funerario conserva gran parte de su estructura y es además la de mayor tamaño de todo el conjunto.
En el exterior del enterramiento se conservan algunos restos del anillo lítico permimetral que delimita el túmulo así como también de una coraza en su lado oriental. Ya en el interior se puede observar una cámara megalítica poligonal que presenta un pequeño corredor en el que todavía pueden apreciarse algunos grabados y restos de policromía.
Cabe recordar que esta Mámoa do Rei de Vilaboa fue excavada ya en el año 1975 por un equipo dirigido por Ramón Sobrino Lorenzo-Ruza en el que se revelaron importantes hallazgos. Años más tarde, entre 2001 y 2003, se llevaron a cabo distintos trabajos para su puesta en valor que incluían una prospección intesiva alrededor del área (en la que se encontraron depósitos de cerámica), la re-excavación arqueológica del túmulo y una reconstrucción integral del dolmen intratumulario.
Breve historia y entresijos
La tumba colectiva que da forma a la conocida Mámoa do Rei do Chan de Castiñeiras fue construida hace unos 6.000 años. El corredor de acceso (dolmen) está formado por 15 esteos y losas de cubierta, y como es habitual se encuentra orientado hacia el este, al nacimiento del sol. Además, este monumento funerario de Vilaboa presenta todos los elementos que caracterizan a la arquitectura megalítica y dan idea de la complejidad de la construcción, el esfuerzo y los conocimientos necesarios para llevarla a cabo.
Como dato curioso merece la pena recordar que en el pasado, el interior de este dolmen estaba decorado con grabados y pinturas geométricos de los que sólo se conservan en uno de los ostóstatos de granito que dan acceso al interior, aunque resultan bastante dificiles de apreciar. No obstante, en el exterior del túmulo también aparecen grabadas varias coviñas que se pueden ver en la parte superior de la gran losa de cubierta de la cámara.