Halloween ya es un evento que prácticamente se ha acogido en el país como propio, sin embargo en Galicia aún son muchos los que celebran la verdadera festividad del 31 de octubre: Samaín.
Precisamente este año, en el que las restricciones impiden que los pequeños de la casa se acojan a las costumbres americanas y se disfracen de los más terroríficos personajes para pedir golosinas puerta por puerta o que aquellos que disfrutan de la celebración de este evento acudan a fiestas temáticas al caer la noche, es el momento de descubrir qué podemos hacer para celebrar el Samaín desde nuestras casas.
Año nuevo celta
Para nuestros antepasados celtíberos el Samaín era un verdadero acontecimiento, se trataba de su año nuevo. Para ellos era el momento en el que se acababa el verano y llegaba el invierno, el comienzo de una época del año oscura que iniciaba la noche de Samaín. De hecho, el significado de la palabra significa "fin del verano".
Los celtas creían que en Samaín los difuntos podían caminar sobre la tierra entre los vivos. Se trataba de un período de tránsito entre los dos mundos.
Las tradiciones, rituales y leyendas de la noche de Samaín celta son tan variados que pueden darnos infinidad de ideas para crear una interesante y diferente velada sin salir de casa. Además, puede ser una ocasión perfecta para disfrutar con los más pequeños en familia.
Postres, manualidades o leyendas terroríficas; aquí algunas ideas para celebrar Samaín en casa.
Chulas de calabaza
Las chulas de calabaza son un postre típico de la repostería gallega perfecto para cocinar la noche de Samaín y degustar con toda la familia.
La receta es muy sencilla, semejante a la elaboración de unas tortitas. Los ingredientes para 4 personas son:
- 1kg de pulpa de calabaza
- 200g de harina
- 150g de azúcar
- 6 huevos
- Canela
- Azúcar glas
- Sal
- Aceite de oliva
Pelamos la calabaza, la cortamos en trozos y la cocemos en agua caliente con sal, para finalmente dejarla secar. Mientras tanto batimos los huevos junto con el azúcar y la harina en un recipiente hondo y añadimos la calabaza ya escurrida. Machacamos o batimos todo bien para que la calabaza quede totalmente deshecha.
Una vez tenemos la mezcla homogénea lista ponemos una sartén con un poco de aceite y cuando esté caliente vamos echando la mezcla con ayuda de una cuchara. Cuando las chulas estén doradas les damos la vuelta. Retiramos y echamos azúcar o canela al gusto para decorar. ¡Y a disfrutar!
Leyendas de Samaín
Recordar las leyendas como la de la Santa Compaña alrededor de una buena queimada puede ser una oportunidad excelente de crear un agradable y terrorífico momento de Samaín.
La historia de la Santa Compaña habla de una comitiva de difuntos que, guiados por un vivo, deambulan anunciando la siguiente muerte que será la de aquel con el que primero se cruce. El vivo que los dirige sólo podrá ser liberado si es sustuído por otro.
La leyenda indica que la comitiva es completamente invisible y silenciosa, solo es posible apreciar su presencia por el olor a cera y el viento que se levanta a su paso. Los perros anuncian su llegada aullando y también pueden escucharse unas leves campanas. Se dice que los únicos que pueden ver a la Santa Compaña son unos pocos elegidos y que cuando uno la puede ver, si le pisa el pie izquierdo a la persona que tiene a su lado esta también podrá verla.
Se trata de una leyenda conocida de la tradición cristiana pero que algunos expertos asocian con el folclore céltico.
Decorando un "Calacú"
El Calacú o Calabazo, es una variante algo más grande de la tradicional calabaza, decorarlo es una de las prácticas más extendidas de la época de Samaín. En la festividad más antigua del Samaín, los celtas utilizaban los cráneos de los enemigos vencidos para iluminarlos y colocarlos en los muros de los castros.
Por suerte, en la Irlanda celta la tradición se dulcificó, ya que se vaciaban nabos y se llenaban de carbón para alumbrar el regreso de los difuntos al mundo de los vivos. Al ser las calabazas mucho más fáciles de tallar, con el tiempo se sustituyó al nabo.
Para decorar la calabaza necesitaremos solamente cuatro utensilios.
- Un cuchillo
- Una cuchara
- Un rotulador
- Una calabaza
Con ayuda de un cuchillo quitamos la tapa de la que será nuestra calabaza-linterna, cortando la parte del tallo con mucho cuidado. Con ayuda de un rotulador permanente dibujamos la que será la cara de la calabaza.
Vaciamos bien el interior con una cuchara y cortamos con un cuchillo sobre el dibujo que hemos realizado anteriormente de la cara de la calabaza. Para terminar metemos una vela y la encendemos en su interior.
La festividad de Samaín está siendo desbancada por la capitalizada fiesta de Halloween americana, sin embargo, son muchos los que buscan reivindicar esta celebración como parte de la cultura de Galicia. En esta situación tan complicada y diferente, es el momento perfecto para preparar un buen postre, decorar un calacú y recordar aquellas leyendas que forman parte de la historia gallega. También es la ocasión ideal para apoyar a los comercios locales utilizando verduras de temporada como la calabaza o comprar una tarta o dulce terrorífico en alguna de las numerosas pastelerías de la ciudad. Buscar las formas de celebrarla y disfrutarla no será algo complicado para los amantes de las fiestas temáticas.