Llega el verano y llegan las vacaciones, y con ellos los quebraderos de cabeza por los viajes en familia, cuando hay que hacer malabares para que niños y mayores se lo pasen bien. Naturaleza, tranquilidad, seguridad y, sobre todo, disfrute, es lo que buscan muchas familias en esta época del año.
Una de las mejores opciones, sin duda, son las casas rurales, que ofrecen edificios en los que puede alojarse toda una familia (o un grupo), amplios jardines cerrados y entornos naturales para que los pequeños corran sin peligros. Galicia cuenta con cientos de establecimientos de turismo rural, de playa o de montaña, y algunos de ellos cumplen los requisitos para convertirse en el sitio favorito de las familias que viajan juntas en vacaciones.
Aldea Lamacido (Loiba, a Coruña)
En el punto más septentrional de la Península Ibérica, entre las rías de Ortigueira y O Barqueiro, se encuentra esta pequeña aldea de labradores, compuesta por cinco viviendas y tres hectáreas de terreno. Un bosque con campo de juegos, piscina y animales de granja harán las delicias de los más pequeños de la casa.
Cabanas da Ría y Cabanas de Lires (Cee, A Coruña)
En el municipio coruñés de Cee, en la Costa da Morte, se encuentran estas pequeñas cabañas de madera. En un entorno único y cercano a la espectacular ría de Lires, este curioso hotel rural ofrece una escapada idílica para todas las familias que quieran disfrutar de unos días de relax y naturaleza.
Villa Carolina (Porto do Son, a Coruña)
Sobre la playa de As Furnas, en el entorno natural de Corrubedo, se encuentra esta villa marinera al pie de la montaña. Cinco habitaciones con vistas, dos mil metros de terreno, una gran piscina exterior y una zona de juegos harán que sea imposible aburrirse. Además, la zona en la que se encuentra ofrece muchísimos planes de naturaleza, de playa o incluso de visita cultural a los pueblos marineros de la península que sirve de unión entre las Rías Altas y las Baixas.
Casa A Pedreira (Cuntis, Pontevedra)
En el entorno de la villa termal de Cuntis se encuentra esta "vieja casona convertida en un hotel boutique con encanto". Sus clásicas habitaciones y todas las comodidades que ofrecen sumirán al huésped en un maravilloso estado de relajación, mientras los niños corren y juegan en los inmensos jardines que rodean la casa.
Eira Grande (Cercedo-Cotobade, Pontevedra)
Una enorme casa pensada para enormes familias que quieran disfrutar de unos días de paz y relax junto al Lérez. Un magnífico comedor exterior y una piscina encabezan la lista de comodidades del establecimiento, que se completa con una sala de juegos para niños (¡y otra para adultos!).
Cas do Mestre (A Lama, Pontevedra)
Esta es la casa ideal para grandes grupos, pues sus cinco habitaciones tienen capacidad hasta para 14 personas. La decoración de la casa parece salida de un cuento de hadas, aunque serán la piscina y la barbacoa las que convertirán la estancia en un auténtico sueño hecho realidad. Una sala de juegos y una enorme chimenea la hacen perfecta también para las noches más frías.
Casa dos Muros (Pantón, Lugo)
Una casona en la Ribeira Sacra menos popular, la lucense, esconde los secretos de una buena comida casera con productos de su huerto, pero tiene un secreto aun más jugoso: es la única casa rural con escape room incorporado. Para escapar de una misteriosa cripta medieval habrá que emplear el ingenio y trabajar en equipo, ¿existe un plan mejor para unas vacaciones en familia?
Casa do Cabo (A Fonsagrada, Lugo)
Si se busca tranquilidad y desconexión este es el lugar: A Casa do Cabo está en la montaña lucense, en la frontera con Asturias, en medio de un paraje natural que es reserva de la biosfera. Muy cercano a Taramundi y Vegadeo y a escasos 35 kilómetros de la Playa de las Catedrales, este rincón ofrece bellísimos senderos naturales y decenas de actividades para recuperar la conexión con la naturaleza.