Salinas romanas de A Guarda, las únicas de toda Galicia ubicadas en mar abierto
Más conocidas como salinas romanas do Seixal, se encuentran ubicadas en mitad de una preciosa senda litoral que recorre la zona costera del municipio, desde el puerto pesquero hasta el estuario del río Miño
7 enero, 2022 06:00Ubicada en el sudoeste de Galicia, A Guarda se presenta como la población más meridional de la provincia de Pontevedra. Esta villa marinera sorprende a sus visitantes por la belleza de sus paisajes, que se entremezclan entre escenas de mar y montaña. También, en las calles de su casco histórico destacan las variopintas y coloridas casas indianas que miran al océano. De hecho, el municipio ha creado su propia ruta cultural para descubrir la historia detrás de estas viviendas.
Y sin lugar a dudas, el famoso castro de Santa Tegra o la langosta son otros de los elementos que sitúan en el mapa de imprescindibles a este municipio gallego. De hecho en el caso de este marisco, A Guarda cuenta con su propia fiesta gastronómica ―declarada Fiesta de Interés turístico de Galicia― durante los primeros días de julio. Por todo ello, la localidad se ha posicionado como uno de esos completos destinos al alcance de todos los viajeros, ya que las opciones para ellos son infinitas. Desde rutas entre naturaleza, a singulares conjuntos histórico-patrimoniales o exquisitas opciones gastronómicas.
De entre todas las posibilidades que ofrece el municipio de A Guarda, hoy os proponemos un plan para descubrir una preciosa senda a orillas del mar y las únicas salinas romanas de toda Galicia situadas en mar abierto: las Salinas romanas de O Seixal.
La historia de salinas romanas de A Guarda
Las salinas romanas do Seixal datan de la primera mitad del siglo I d.C, y su abandono y desuso se hizo latente a partir del siglo IV. Estas salinas fueron descubiertas de manera fortuita gracias al proyecto: "A Guarda, Mar de Sal". Según los datos del equipo, se estima que las estructuras fueron trabajadas por el Imperio Romano en la misma época en la que ocuparon el Castro y Monte de Santa Tegra.
Los trabajos de excavación del año 2019 dejaron al descubierto distintos materiales de la época y algunos "tallos salineros". Estos tallos, o tanques rectangulares, acumulaban el agua del mar que llegaba a ellos a través de canalizaciones y gracias a la ayuda de las mareas. Las salinas do Seixal funcionaban mediante evaporación solar, por lo que el clima jugaba un papel fundamental a la hora de aumentar la concentración salina para que el mineral pudiese ser extraído más tarde.
Existe constancia de al menos 10 tanques de cristalización en la zona, ubicados de forma escalonada, con enlosado de piedra y pequeños muros de separación entre ellos. Aunque en su conjunto, se cree que las salinas romanas do Seixal forman parte de un complejo mucho mayor que se extiende por toda la costa de Galicia.
Una ruta hasta la desembocadura del Miño
Uno de los mejores planes para conocer la localidad, al menos desde un punto de vista diferente, es hacerlo a través de la senda litoral que recorre gran parte de la zona costera de A Guarda. Una agradable ruta que se extiende desde el puerto pesquero hasta el estuario del río Miño a lo largo de unos 3,6 kilómetros.
En este itinerario, los viandantes y ciclistas ―disponen de carril bici hasta mitad del recorrido― podrán disfrutar de unas vistas excepcionales del océano Atlántico, con parada histórica en los vestigios de las salinas romanas do Seixal, y con el Monte de Santa Trega como telón de fondo. En el camino, también es típico divisar algún que otro molino de viento (muchos en fincas privadas) y cetáreas como la de A Grelo.
A mitad del recorrido la pasarela de madera se eleva para respetar el espacio que ocupa El Seixal, una zona repleta de cantos rodados o seixos (topónimo local) que fueron adquiriendo su forma por la acción directa del mar. En la actualidad, el municipio de A Guarda no permite sustraer estos cantos para preservar el volumen de los mismos en toda la zona.
Uno de los puntos más sorprendentes de este paseo marítimo son las ya mencionadas Salinas romanas do Seixal, descubiertas tras un temporal por "A Guarda, Mar de Sal". Después del hallazgo, las excavaciones arqueológicas realizadas en el área sacaron a relucir los restos de un gran complejo de explotación de sal marina de la época del Imperio Romano.
Hacia la parte final de la senda nos encontramos con el área recreativa de O Muíño, muy próxima al arenal del mismo nombre, el Piñeiral Castrexo, la Punta de Santa Tegra y la playa de Camposancos. En este espacio se habilitó un mirador con una singular cruz, así como diferentes elementos de piedra como bancos y mesas, para disfrutar de la mejor puesta de sol, la desembocadura del río Miño e incluso "a raia" (frontera) entre Galicia y Portugal.