Cangas do Morrazo se ha ido posicionando como uno de los municipios turísticos más visitados de las Rías Baixas. Enclavado en un lugar privilegiado de la comarca del Morrazo (en Pontevedra) ―del que es capital histórica―, su costa se ve bañada por las aguas de la ría de Vigo y Pontevedra, mientras que su franja oeste mantiene la ventana abierta al océano Atlántico.
No es de extrañar por lo tanto que en el extenso litoral que conforma la localidad, plagado de playas, naturaleza e historia, se encuentre una de las rutas más bonitas de toda la comarca: una senda costera entre la fábrica de Massó y la playa Liméns, también conocida de forma popular como "Ruta da Balea". Se trata de una amena caminata que discurre entre pedacitos de la historia marinera y conservera de la villa, paisajes salvajes, lagunas y túneles, arenales paradisíacos y un mar infinito como telón de fondo.
De la fábrica de Massó al arenal de Liméns
El punto de partida de esta bonita senda litoral lo encontraremos en las inmediaciones del Paseo Marítimo do Salgueirón, junto a la antigua fábrica de Massó, un complejo en desuso ―inaugurado en 1941 por el arquitecto Tomás Bolívar― que décadas antes había albergado una retahíla de negocios dedicados al sector marinero e industrial de Galicia: desde dársenas, varaderos y talleres, a una planta de salazón, una fábrica de hielo o una conserva e incluso una factoría ballenera, entre otros.
De hecho, hasta el año 1955 no existía ningún puerto ballenero en toda la costa pontevedresa. Fueron los propietarios de la fábrica Massó quienes levantaron la primera en este rincón de las Rías Baixas. De ahí que hoy en día muchos reconozcan esta senda con el sobrenombre de "Ruta da Balea". En definitiva, un espacio que se ha convertido en la actualidad en el vivo reflejo de la historia de esta villa marinera, así como del resto de localidades de O Morrazo.
Siguiendo el recorrido por la sinuosa costa, avanzaremos durante apenas un kilómetro hasta la Laguna de A Congorza, un precioso entorno ubicado dentro del Espacio Natural del Cabo de Punta Balea. El lugar en cuestión, que ocupa unas 1,7 hectáreas en total, alberga hasta 400 especies de flora y fauna diferentes, por lo que supone, entre otras cosas, un punto de observación perfecto para el "birding". Muy próxima a la laguna se encuentra la playa de Areamilla, la cual goza de un ecosistema dunar propio que nos regala una increíble vista del arenal.
Desde este punto podremos subir también hasta el área de descanso do Outeiro o el Miradoiro da Enseado do Rei, tanto para hacer un alto en el camino como para simplemente disfrutar de las panorámicas a las Illas Cíes y el océano Atlántico. De regreso al sendero, será ahora el turno de visitar As Furnas, unas pequeñas grutas verticales formadas de manera natural debido a la fuerza del mar contra la costa. Y también en esta misma zona, el itinerario esconde una sorpresa a sus senderistas: un pequeño túnel formado bajo las rocas de este litoral.
Para finalizar el itinerario, que se completa en unas dos horas si hacemos ida y vuelta, tendremos que llegar hasta el entorno de la playa de Liméns, un arenal de más de 300 metros que cuenta con una zona dunar que abarca casi 9 hectáreas de terreno. En conjunto, la senda de Massó-Liméns se presenta como una de las mejores alternativas a la hora de disfrutar de un día en familia entre naturaleza e historia, ya que la dificultad baja de la ruta permite completar el trayecto en apenas horas.
Más allá de la playa de Liméns
Esta "Ruta da Balea" de Cangas do Morrazo forma parte de un itinerario de mayor recorrido conocido como senda costera de Cangás-Donón. Para los senderistas más atrevidos, desde ya la mencionada playa de Liméns la caminata puede continuar hasta los famosos arenales de Nerga, Viñó y Barra (seminudista y nudista, respectivamente), y Melide.
Después, el sendero conquista las espectaculares territorios de Punta Subrido y Cabo Home, en el entorno de la Costa da Vela, un Espacio Natural Protegido por la Red Natura 2000. En este punto, el paisaje se empieza a transformar, dando lugar a a asombrosos parajes de altos y escarpados acantilados, faros con encanto en cada punta de costa, tesoros arqueológicos y las mejores panorámicas de las islas Cíes y Ons.