Se encuentra a 1.187 metros de altitud, ubicado en un bello espacio natural integrado en la Red Natura, que abarca el municipio pontevedrés de Rodeiro y los lucenses de Chantada y Carballedo. El Monte Faro, con una superficie de 3.000 hectáreas, es una de las cimas más relevantes de la denominada Dorsal gallega y está situado en una zona de gran importancia arqueológica, la Serra do Faro.
En esta sierra encontramos gran presencia de bosque autóctono, formado por robles en su mayor parte, y también campos de cultivo, además de numerosas mámoas en su lado oeste, (túmulos funerarios característicos de la cultura megalítica) y varios grabados rupestres en forma de petroglifos. En el llamado Alto do Faro, el punto más elevado de la sierra, se halla uno de los mejores miradores de la Galicia interior, desde donde observar los concellos limítrofes, teñidos de verde y ocre: Rodeiro, Chantada, Taboada, Dozón y Monterroso.
El feísmo también ha llegado a este rincón natural en forma de edificio acristalado que forma parte de la central eléctrica que saca partido al viento imperante en la zona. Las modernas hélices se mueven sin cesar cual molinos gigantes luchando contra los elementos.
Es aquí, muy cerca de la cima, en el llamado Campo da Festa, donde los meses de agosto y septiembre tienen lugar sendas romerías cuyo eje central es la solitaria ermita de Nosa Señorado Faro, levantada en el s. XVII sobre los restos de anteriores templos, posiblemente de origen pagano el primero y románico el segundo, que demuestran la gran importancia de este lugar como espacio de culto desde la antigüedad hasta nuestros días.
La procesión más importante se conoce como “A Filla”. Parte desde la iglesia de Santiago de Requeixo hasta alcanzar el Monte do Faro en un trayecto de casi 4 km en el que se recorre una especie de Via Crucis, pasando por varias fuentes a cuyas aguas se atribuyen propiedades curativas.
Ante el templo se levanta un gran cruceiro con la escena de la Crucifixión de Cristo que, junto con algunas piedras con versos grabados en el granito, contribuyen a dotar al lugar de una indudable aura religiosa. Y eso, unido al paso por estos montes del Camino de Invierno, una de las rutas de peregrinación a Santiago menos concurridas, hacen del Monte Faro un enclave de gran misticismo.
Para recorrer el Monte Faro y sus contornos no hay nada mejor que realizar la ruta PR-G 7 Rota do Faro, que durante poco más de 12 km nos permite disfrutar, de sur a norte, de las mejores panorámicas de esta sierra. Este sendero de pequeño recorrido se inicia en la señal de la carretera PO-1302 que indica la confluencia de las provincias de Ourense, Lugo y Pontevedra, y finaliza en la carretera PO-1302 Oseira-Rodeiro.
La ruta pasa por caminos que sirven de cortafuegos, aunque no han podido evitar algún incendio en los últimos años, y va recorriendo las cumbres de la sierra, que a veces superan los 1.100 metros de altitud. Durante todo el trayecto se puede disfrutar de grandes vistas y al llegar a la cima, además de los ayuntamientos limítrofes, se atisban bellos retazos de paisajes de las cuatro provincias gallegas.
Emma Sexto