Portugal está repleto de rincones imprescindibles que visitar. El país luso se ha convertido en una opción ideal para escapadas vacacionales o de fin de semana. En tiempos de pandemia, Portugal es un destino cercano, seguro y con mucho por explorar. Consulta qué medidas sanitarias están vigentes antes de organizar tu viaje, pues algunas zonas han decretado toque de queda u otras restricciones. De norte a sur, estos son algunos de los pueblos que no te puedes perder.
1. Braganza
Esta villa de origen medieval es el enclave perfecto para los amantes de la historia. La ciudadela amurallada de Braganza data del año 1130 y fue creada por Afonso Enriques, el primer rey de Portugal. El punto principal de las visitas es el Castillo de Braganza, erigido por el hijo del mencionado rey en 1187. La Catedral antigua, en la Praça da Sé, también es una parada obligatoria.
Dónde comer: Restaurante Bela Época o en Solar Bragancano.
2. Chaves
También con un amplio pasado histórico, Chaves ha acogido en sus calles a pueblos bárbaros, visigodos y musulmanes. En el 1160 se adhirió al reino de Portugal. Es conocida por ser una villa termal, aunque su atractivo turístico es mayor; son de visita obligada el puente romano de Trajano, el fuerte de Sao Francisco y el Castelo de Chaves.
Dónde comer: Restaurante Carvalho o Leitões Comes.
3. Guimarães
Esta villa está a 120 kilómetros de Vigo y fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2001. Los historiadores coinciden en señalar Guimarães como la cuna de Portugal, pues se dice que el primer rey Afonso Enriques nació aquí y, además, fue capital del reino desde el siglo XII (luego lo sería Coímbra). Por todo ello, el casco histórico de la ciudad está repleto de impresionantes monumentos. Y, como las anteriores localidades, tiene un castillo espectacular reconocido como una de las siete maravillas del país luso.
Dónde comer: Casa Amarela o Republica do Polvo (cerrado hasta el 26 de julio).
4. Amarante
La panorámica desde el puente de São Gonçalo con el monasterio y la iglesia homónimas ya hace que merezca la pena visitar esta villa, no tan conocida como otras del norte de Portugal. Amarante alberga iglesias sorprendentes (iglesia de São Domingos o la de São Pedro) e incluso uno de los museos más importantes de Portugal, el museo Amadeo de Souza-Cardosa (la entrada cuesta solo 1 euro).
Dónde comer: Largo do Paco o Restaurante Pena.
5. Aveiro
Es conocido como "la Venecia portuguesa" por los tres canales que vertebran la ciudad, donde se puede ver las típicas góndolas navegando. Lo mejor de Aveiro es perderse por sus calles para admirar su arquitectura art-decó. Además de visitar su catedral, un plan ideal es ir hasta la zona Costa Nova. Sus originales casas de colores te harán sentir dentro de una película.
Dónde comer: Salpoente u O Bairro.
6. Lousã
Este pueblo se diferencia de los demás de esta lista por su exuberante paisaje silvestre. En Lousã no encontrarás una ciudad de aires europeos, sino un enclave especial en la Sierra del mismo nombre, conformado por varias aldeas. Talasnal es un punto emblemático, además del Castillo de Lousã.
Dónde comer: Ti Lena u O Burgo.
7. Nazaré
Nazaré es famoso por sus olas gigantes que congregan a miles de surfistas todos los años, pero hay más atracciones turísticas: el Santuario de Nossa Senhora da Nazaré, la Capilla da Memoria o el fuerte de São Miguel Arcanjo. Es de visita obligada el mirador del Suberco, que ofrece una postal impresionante del mar.
Dónde comer: Tia Caia o Pangeia Restaurante.
8. Óbidos
Esta villa, conectada por una línea de autobús exprés con Lisboa, es un lugar ideal para visitar en unas cuantas horas. Sus casas típicas pintadas de blanco con toques azules o amarillos, su muralla y su imponente castillo la convierten en uno de los destinos preferidos por los turistas.
Dónde comer: Real Casa do Petisco o A Nova Casa de Ramiro.
9. Azenhas do Mar
Azenhas do Mar está a solo 15 minutos de Sintra, un destino también digno de mencionar. Sin embargo, esta villa con un paisaje impresionante es casi una desconocida al lado de Sintra u otras localidades portuguesas, y vale la pena descubrirla. Destacan sus piscinas naturales y el mirador.
Dónde comer: Água e Sal o Restaurante Piscina Azenhas do Mar.
10. Évora
Para cerrar la ruta, aunque nos dejamos en el tintero otros lugares mágicos que visitar en Portugal, paramos en Évora, una villa histórica declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Tiene mucho que visitar: el templo romano del siglo I, la catedral de Santa María, la capilla de los Huesos (en sus paredes hay esqueletos de verdad) o el acueducto de Évora.
Dónde comer: Taberna Tipica Quarta Feira o Botequim da Mouraria.