Perteneciente al municipio de Bueu, Ons es un pequeño archipiélago situado en la bocana de la ría de Pontevedra, formado por las islas de Ons y Onza. A día de hoy, la isla principal permanece habitada y puede ser visitada principalmente durante los meses de verano. Cada año, miles de personas descubren, y redescubren, los sorprendentes parajes naturales que se reparten por toda la zona, desde playas paradisíacas, a espacios boscosos o miradores que contemplan la inmensidad del océano Atlántico y la extensa costa de las Rías Baixas.
Pero más allá de su belleza innata, Ons esconde entre sus límites algunas interesantes historias a caballo entre el mito y la realidad. De hecho, uno de los relatos más conocidos relaciona a la Santa Compaña con el Burato do Inferno, un accidente geográfico muy singular situado en la cara sur de la isla. El lugar en cuestión es el protagonista de una popular leyenda que sitúa a los pies de este espectacular agujero las mismísimas puertas del infierno.
Una leyenda de la Santa Compaña
El Burato do Inferno conforma uno de los miradores naturales más espectaculares de toda la isla de Ons. Este asombroso rincón de la costa occidental destaca por sus escarpados acantilados y una inmensa grieta, de algo más de 40 metros de profundidad, que desciende verticalmente hacia el mar. En su terminación, el agujero forma una pequeña cueva que en Galicia denominamos como furna.
En los días de temporal, cuando la fuerza del mar y del viento arremeten sin descanso contra la costa, la boca de la sima emite una serie de sonidos y rugidos que, según cuenta la leyenda, no serían otra cosa que los gritos de las almas en pena atrapadas por el diablo en este punto. Además, en el imaginario popular de los gallegos, esta famosa grieta de la isla de Ons esconde una entrada al inframundo.
Otra de las leyendas más conocidas de la isla de Ons está relacionada con la Santa Compaña, una procesión de almas en pena que recorren las parroquias para anunciar alguna muerte o visitar a los difuntos. Suele decirse que la Santa Compaña entra en la isla de Ons a través de la punta de O Centolo, en la zona más al norte del territorio, y transita por los senderos en busca del cementerio.
En todo el entorno del Burato do Inferno podemos observar varias cruces blancas que recuerdan de manera indirecta el peligro de la grieta. De hecho, una de ellas fue colocada en homenaje a un guardiamarina que murió al precipitarse durante una jornada de entrenamiento. En la actualidad, el agujero se encuentra delimitado por una barandilla de madera y piedra que pone en sobreaviso de los riesgos de acercarse demasiado al borde.
Una ruta hasta el "infierno"
Enmarcada en la bocana de la ría de Pontevedra, la isla de Ons se presenta como un entorno natural inmejorable para los amantes del senderismo y la naturaleza. De hecho, existen varios itinerarios que recorren el grueso de la isla partiendo desde el punto de información, junto a la acogedora playa das Dornas y el muelle principal. Una de las rutas más completas y transitadas es la conocida como ruta sur, que tal y como su propio nombre indica, transita toda esta mitad de la isla de Ons, a lo largo de unos 6,2 kilómetros, e incluye una parada en el mirador do Burato do Inferno.
En este recorrido, los senderistas podrán descubrir a su paso extraordinarios paisajes y puntos de interés como la famosa playa de Area dos Cans, a Laxe dos Cregos (un sarcófago antropomorfo medieval) en caso de que la marea se encuentre baja, el mirador de Fedorentos, así como el Burato do Inferno. Una vez alcanzado el famoso mirador, la senda continúa bordeando los impresionantes acantilados de la costa occidental hasta llegar a la ensenada de Caniveliñas. Una vez allí, la ruta atraviesa la isla hasta regresar al punto de partida.
Además de la ruta sur, existen otros tres interesantes trayectos que merece la pena conocer y recorrer. La ruta do Castelo es uno de los caminos circulares más cortos y transitados de los existentes, con tan sólo 1,2 kilómetros. La ruta norte por su parte ―más conocida como ruta naturista― conduce a los visitantes hasta la playa nudista de Melide para después continuar el recorrido por otros puntos de interés hasta el principal centinela de la isla, a través de unos 8 kilómetros. Por último, la ruta do Faro asciende entre casas marineras y naturaleza hacia el Faro de Ons, un emblemático edificio con unas vistas inmejorables del entorno, las rías y el océano Atlántico.