Mirador do Niño do Corvo: la mejor panorámica de O Baixo Miño desde O Rosal (Pontevedra)
Ubicado entre los los límites de O Rosal y Tomiño en la Serra do Argalo, este mirador ofrece unas vistas inmejorables del estuario del río Miño, el monte de Santa Trega, el valle del Taxume y las montañas de Portugal
8 abril, 2022 06:00En el extremo suroeste de la provincia de Pontevedra, la comarca do Baixo Miño se presenta al visitante como una zona repleta de contrastes en el que los paisajes de mar y montaña se fusionan con el río Miño como telón de fondo. En el concello de O Rosal, a unos 300 metros de altura sobre el nivel del mar ―y delimitando con Tomiño―, el alto del Niño do Corvo ("Nido del cuervo" en castellano) conforma uno de los mejores puntos de observación de toda la Serra do Argalo.
El mirador que allí se ubica ofrece una visión panorámica que va desde los municipios aledaños a la desembocadura del río, el monte de Santa Trega, el valle do Taxume y gran parte del trazado costero de la frontera de Portugal con el océano Atlántico en el horizonte. En este punto, se llegaron a instalar en su día unas barandillas de madera para garantizar la seguridad, así como un banco de piedra que permite contemplar toda la belleza del entorno y el espectáculo de la naturaleza gallega.
Niño do Corvo y Cabezo Gordo
Entre los concellos de O Rosal y Tomiño se distribuye un pequeño sistema montañoso conocido como Serra do Argalo. Hay dos puntos de importante interés paisajístico en esta zona que merece la pena destacar: Niño do Corvo y Cabezo Gordo. El primero, como ya mencionamos unas líneas más arriba, se eleva hasta nada menos que los 312 metros de altura. En el entorno del mirador do Niño do Corvo también se han instalado unas antenas de televisión y telefonía, por lo que llegar al lugar resulta bastante sencillo si seguimos las siluetas de estas gigantescas torres.
Además del mirador de Niño do Corvo, en el área se localiza otro espacio que debería ser visitado una vez alcanzada la cima de la sierra. A escasos 500 metros de esta galería natural, el alto de Cabezo Gordo (317 metros) esconde otra extraordinaria balconada de O Baixo Miño. Desde esta altura se pueden llegar a apreciar con claridad ―siempre que el tiempo acompañe― los montes de O Rosal y el valle do Taxume hacia el oeste.
Cómo llegar al mirador
Desde los municipios de O Rosal, A Guarda o incluso Tomiño, la subida a la cima de la Serra do Argalo se hace posible gracias a los diferentes accesos con los que cuenta. Estas entradas nos llevarán directas, por pistas asfaltadas, hasta la cumbre donde se encuentran las antenas de telefonía. Desde la localidad de O Rosal, por poner algún ejemplo, una de las vías más concurridas para alcanzar Argalo parte desde la Estrada do Morán (corredor CG-4.2) y asciende por una carretera estrecha y bien pavimentada.
Una vez conquistada la zona las antenas, los visitantes podrán distinguir en ella un cartel que indica el camino hacia Cabezo Gordo. Por su parte, la senda hasta el Mirador do Niño do Corvo continúa a pie desde el lugar por una pista de tierra que se extiende unos 200 metros hasta este renovada balcón de 360º al Baixo Miño.
Una jornada entre naturaleza
El excepcional entorno que abarca la comarca do Baixo Miño está marcado por los paisajes de mar, montaña y río, con el curso fluvial del Miño convertido en la frontera natural entre Galicia y Portugal. El abanico de opciones para disfrutar de una jornada en familia entre naturaleza, arqueología, historia o cultura es insuperable, así que una visita al mirador do Niño do Corvo no podría finalizar sin antes conocer algún idílico rincón de esta comarca pontevedresa.
Municipios como Tomiño, Tui, Salvaterra do Miño o Arbo, entre otros, cuentan con paseos fluviales y sendas transfronterizas que permiten perderse por las orillas del río Miño y descubrir estampas idílicas en estas localidades del sur de la provincia. También, en esta comarca se encuentran algunas de las joyas patrimoniales más importantes de Galicia: desde los los Muíños do Folón e do Picón en O Rosal, que conforman una ruta única en Europa; o ya en los límites de la localidad de A Guarda, el monte de Santa Trega, uno de los ejemplo de la cultura castreña más destacados de todo el noroeste peninsular.