El Pazo Villarés está en Vilaza, en el municipio pontevedrés de Gondomar, y se ha convertido en una exclusiva vivienda vacacional. Un enorme jardín, una piscina al aire libre e incluso un hórreo se suman a un interior impresionante, con siete dormitorios, cuatro baños completamente equipados, una cocina, un comedor y un gran patio con vistas a la piscina.
Actualmente, esta singular propiedad está en venta por un precio en torno a los 4 millones de euros, algo que se ajusta a los 10.000 metros cuadrados de su finca, la cercanía a las playas y a la ciudad de Vigo y, por supuesto, la exclusividad de la propiedad en sí.
No obstante, hasta que la venta se efectúe, funciona como una vivienda vacacional de lujo, que además cuenta con todos los servicios necesarios para despreocuparse durante unos días, desde catering hasta reservas de excursiones en barco. El alquiler vacacional cuesta en torno a los 1.000 euros por noche y está disponible para 14 huéspedes.
¿Quién vive ahí?
Óscar Alonso es el propietario de Mi casa de vacaciones, una agencia que se dedica a alquileres vacacionales en la zona del Val Miñor y la comarca del Baixo Miño. Explica que el Pazo de Villarés es, sin duda, su vivienda más exclusiva. "No solo por el tamaño, que es muy superior a otras casas, sino por la peculiaridad que supone alquilar un pazo", cuenta.
Sus instalaciones son las culpables de que cueste casi mil euros por noche, "aunque, al tener capacidad para 14 personas, en realidad no es tanto por una vivienda de estas características", reconoce Alonso. De hecho, habitualmente son grandes familias o grupos quienes alquilan el pazo, "especialmente para ocasiones especiales como un cincuenta o sesenta cumpleaños, bodas de oro o graduaciones".
Una vez alojados, los huéspedes pueden acceder también a servicios de catering, limpieza o incluso alquiler de barcos u otras actividades fuera de la casa. "La gente que alquila Villarés suele tener un poder adquisitivo alto y no son gente que quiera quedarse encerrada en casa: son grandes grupos que van a restaurantes, hacen excursiones y mueven mucho dinero en la comarca", explica.
Pocas veces han tenido grupos más reducidos, confiesa, e incluso cuenta sorprendido cómo el verano pasado una pareja alquiló el pazo durante tres semanas para los dos solos. "Eran una pareja con su perro y lo reservaron durante veinte días, si haces cuentas ves el nivel que tenían", cuenta Alonso. "Aunque no es lo habitual, sí que ha venido gente con alto poder adquisitivo e incluso futbolistas o celebrities".
El lujo construido en piedra
El Pazo de Villarés comenzó a construirse en 1725 por orden de su primer propietario, Domingo de la Fuente. Desde entonces ha sufrido varias reformas que lo han convertido en la impresionante vivienda que es hoy: un gran pazo construido en piedra con un imponente jardín de diez hectáreas.
Declarado Monumento Histórico y Bien de Interés Cultural, el edificio y la propiedad al completo se encuentran en un excelente estado de conservación y sus diferentes estancias han sido reformadas adaptando el diseño original a las comodidades actuales. La zona más impresionante de la vivienda es su fachada sur, en la que se erige una gran arcada que abarca tanto la planta baja como el piso superior.
A esta impresionante construcción se suma el jardín, en el que hay una gran piscina e incluso un hórreo. Un pequeño bosque de robles, nogales y alcornoques centenarios remata el aspecto palaciego del Pazo de Villarés. El sueño de vivir a todo lujo en un pequeño palacio, en el Val Miñor, es ya una realidad.