Un informe reciente del Área de Investigación de Turismo de Galicia desvela que el turismo rural se acercó en el año 2022 a los niveles prepandemia. Sin embargo, Ourense ha perdido peso turístico en el conjunto de la comunidad. La provincia registró un descenso de la demanda tanto en temporada baja como alta y según el estudio, solo aquí bajó también el nivel de ocupación.

La provincia de Ourense es la única de toda Galicia sin costa, lo cual podría ser uno de los motivos por los que el turismo rural no ha obtenido los mejores resultados, ya que en el periodo estival (la temporada alta) muchos viajeros se deciden por lugares con mar. Con todo, Ourense está repleta de rincones mágicos por explorar.

El clima de la provincia ourensana la convierte en un territorio donde la lluvia es menos habitual que en el resto de la comunidad y donde las temperaturas, por el contrario, suelen elevar la media de la región. Además, destaca especialmente por su cultura vitivinícola, sus paisajes fluviales y sus fuentes termales, sin olvidar su gastronomía. Por todo ello, merece la pena adentrarse a fondo y conocer algunos de sus pueblos más inolvidables. Aquí te proponemos 10 destinos de Ourense ideales para una escapada de fin de semana o un road trip diferente.

Allariz

Puente románico de Allariz. Turismo de Allariz

¿Todavía no has visitado Allariz? Este pueblo ourensano tiene un encanto especial, en parte por el precioso paisaje que deja a su paso el río Arnoia (atravesado por un puente románico muy bien conservado, el Ponte de Vilanova) y su casco histórico, cuyo origen se remonta a la Edad Medieval. Además, hay un curioso outlet desperdigado por el corazón de la villa e interesantes museos dedicados a la moda o a los juguetes.

Lobios

Lobios. Fotografía: Concello de Lobios

Lobios da nombre a todo un municipio de la Baixa Limia con una infinidad de rincones por descubrir. En el pueblo de Lobios en sí encontramos el conjunto de hórreos de Fondevila o la bonita área recreativa de San Roque. Pero sin duda, si hay un paisaje de esta zona capaz de enmudecer a sus visitantes es el de Aceredo, una aldea que sale a la superficie solo en ciertas ocasiones. El conjunto quedó sumergido bajo las aguas del embalse de Lindoso el 8 de enero de 1992. Cuando en la actualidad baja el caudal, emergen los restos del pueblo, regalando una postal que parece de ciencia ficción.

Parada de Sil

Interior del Monasterio de Santa Cristina en la localidad ourensana de Parada del Sil. shutterstock

La localidad de Parada de Sil es conocida por el monasterio de Santa Cristina de Ribas de Sil, un tesoro del románico ubicado a orillas del río Sil y que resulta uno de los puntos más mágicos de la Ribeira Sacra. La entrada general al templo cuesta 2 euros y es gratuita para los niños de hasta 14 años, personas con movilidad reducida o usuarios del Carnet Joven. Otros lugares de interés en Parada del Sil son el museo-fábrica del chocolate, en la aldea de Teimende; el mirador de Triguás, ‘Os Balcóns do Madrid’ o el mirador de Cabezoás.

Ribadavia

Ribadavia. shutterstock

Ribadavia está declarada como Monumento Histórico Artístico y fue capital del Reino de Galicia. Esos dos datos ya arrojan una idea sobre la importancia patrimonial de esta localidad, donde no puedes perderte la zona de la Antigua Judería, el Castillo de los Sarmiento o la iglesia de San Juan, datada del siglo XII. A las afueras de la villa se encuentra el Museo da Ciencia do Viño, un punto interesante que visitar si eres amante de la enología, al igual que las múltiples bodegas que hay por los alrededores.

Castro Caldelas

Adentrándonos en el corazón de la Ribeira Sacra encontramos Castro Caldelas, un enclave especial que ha sido reconocido por la asociación Los Pueblos más Bonitos de España. No es para menos: alberga una fortaleza del siglo XIV, el santuario Nuestra Señora de los Remedios y unos parajes naturales espectaculares, como el mirador Pena de Matacás o la ruta de los Bosques Máxicos.

Celanova

turismo.gal

Otra villa histórica imprescindible de la provincia de Ourense es Celanova. Además de su impresionante monasterio de San Salvador, no puedes perderte una visita a la Casa dos Poetas (hay una importante tradición literaria en la localidad: Curros Enríquez, Celso Emilio Ferreiro y Xosé Luis Méndez Ferrín nacieron allí) o un paseo por el yacimiento arqueológico de Castromao, muy próximo al pueblo.

Vilanova dos Infantes

Este pueblo de origen medieval fue independiente del municipio de Celanova hasta el año 1927. El punto fuerte del lugar es su historia, que se deja sentir en cada rincón a través de las construcciones bien conservadas y una armónica convivencia con lo más reciente. La Torre de Vilanova es el monumento principal de la villa y representa el único vestigio que queda de la muralla. Cada 17 de mayo celebran la romería etnográfica de Raigame, que este 2023 contará con la participación de 107 puestos de artesanos.

Cea

Monasterio de Oseira en San Cristovo de Cea, Ourense. shutterstock

San Cristovo de Cea es un municipio famoso por su rico pan artesano, que tiene su propia festividad a principios del mes de julio. A su vez, este producto está íntimamente ligado al otro elemento icónico del lugar, el monasterio de Oseira, donde comenzó la tradición panadera y que es a su vez uno de los templos más importantes de Galicia (sobra decir que su visita es obligada). Además, deberías hacer una parada por la Pena dos Namorados y el paseo fluvial del río Arenteiro.

A Veiga

Senda verde de O Xarés, en A Veiga. Foto: Turismo de Galicia

Menos de un millar de habitantes y una belleza infinita. La aldea ourensana de A Veiga, situada en la comarca de Valdeorras, es la cabeza principal de un municipio lleno de rincones por los que perderse. En el propio pueblo está la curiosa casa de As Pedriñas, que aunque no puede visitarse por dentro su fachada es digna de admiración. Con todo, lo mejor de A Veiga son los entornos naturales a un paso de allí: no puedes perderte las playas fluviales del embalse de Prada, el observatorio astronómico o el mirador de Valdín.

Pazos de Arenteiro

Ubicada en el municipio de Boborás, la aldea de Pazos de Arenteiro es un reducto de historia. Las primeras construcciones se remontan al siglo XII; la población comenzó a asentarse en el lugar debido al auge del comercio del vino y alzó imponentes pazos que todavía se conservan a día de hoy, como el de Dona Elisa o el Pazo dos Cervela. Aunque el casco histórico es de una belleza innegable, echa también un vistazo a los paisajes fluviales próximos, atravesados por diferentes puentes de piedra.