El litoral de las Rías Baixas es un tesoro de la naturaleza repleto de playas de aguas cristalinas y fina arena donde cada verano (y también durante el resto del año) miles de personas acuden a pasar el día bajo el sol. A Lanzada, en O Grove; Playa América, en Nigrán o Nerga, en Cangas do Morrazo, son algunos de los arenales más famosos y visitados tanto por los de aquí como por los turistas que escogen la provincia de Pontevedra para pasar las vacaciones.
Lo cierto es que a lo largo de los 300 kilómetros que componen la costa de las Rías Baixas hay infinitas playas de tamaños muy distintos y para todos los gustos (incluso con una oferta para aquellos que prefieren ir a tomar el sol sin bañador). Algunos de estos espacios se han masificado con el paso de los años al ganar popularidad; por eso, las calas más pequeñas y de difícil acceso suelen mantenerse "en secreto" entre la gente de la zona para preservarlas en buenas condiciones.
En Treintayseis hemos seleccionado seis playas no tan conocidas donde el paisaje hará pensar a uno que se encuentra en el Caribe en vez de en la provincia de Pontevedra. Para mantenerlas en ese estado semisalvaje que las convierte en lugares de una belleza singular, recuerda cuidar el entorno y dejarlas tal y como estaban antes de tu visita. Valdrá la pena volver.
Playa de Melide
La playa de Melide está en Cangas do Morrazo, en la parroquia de O Hío, situada en el entorno de Cabo Home. Es una extensión de 250 metros de arena fina y un agua de color tan claro que parece irreal. Para acceder a ella hay que atravesar una zona de monte donde se encuentra un pequeño chiringo en el que reponer fuerzas durante la jornada bañista y en la que podrás resguardarte de la sombra.
El acceso en coche hasta la playa de Melide no es del todo sencillo. Hay que pasar a través de unas pistas de tierra que parten desde la estatua de la caracola de Cabo Home. Si quieres hacer la ruta caminando, el paseo dura una media hora y podrás pararte a admirar el Faro de Cabo Home y el de Punta Robaleira.
Playa de Castiñeiras
También en O Morrazo encontramos la playa de Castiñeiras, un pequeño arenal ubicado en la parroquia de Pinténs. Todas las playas de la zona son preciosas, pero esta destaca por su ambiente tranquilo, el paisaje y la calidad del agua. El espacio de arena no es muy extenso (15 metros de ancho y una longitud de 150) y cuando sube la marea puede quedar reducido al mínimo. Además, es habitual que por las tardes no esté muy concurrido porque se cubre pronto de sombra.
Aunque el acceso a Castiñeiras resulta algo intimidante para los coches de grandes dimensiones (se llega a través de unas callejuelas de un único carril), aparcar no será misión imposible gracias al leira parking que hay cerca de la bajada a la playa. Al lado hay un chiringo ideal para tomar algo.
Playa de Lagoelas
Si Melide o Castiñeiras tenían un acceso algo complicado, con la playa de Lagoelas pasamos al siguiente nivel. El arenal está en la zona de Aldán y es un auténtico paraíso alejado de la civilización, pero el paseo hasta él no es apto para personas con movilidad reducida ni tampoco se recomienda a quien pretenda acceder excesivamente cargado. Además, no cuenta con servicios ni hay chiringuito.
Todos estas dificultades convierten a Lagoelas en un sitio poco transitado donde además se permite la presencia de mascotas. Para llegar a la playa debes dejar el coche en la rúa Costa da Area (cerca de la playa de Menduiña) y adentrarte en la senda que puedes encontrar indicada en Google Maps.
Playa de Pedrón
La playa de Pedrón está en la parroquia de Beluso, en Bueu y próxima a uno de los enclaves más bonitos de toda la zona: Cabo Udra. Sus reducidas dimensiones hacen necesario acudir con antelación para poder conseguir un hueco en la arena o situarse en las rocas que la franquean. Además, debes tener en cuenta que es una playa nudista. El acceso es exclusivamente a pie y deberás dejar el coche en la carretera cercana al sendero a la playa.
Playa de Sartaxéns
Otra playa paradisiaca en el municipio de Bueu es Sartaxéns, situada en el lugar de O Cabalo en la parroquia de Beluso. Solo mide 50 metros, por lo que serán los bañistas más veloces los únicos que logren un hueco en la arena. El entorno es tranquilo, rodeado de vegetación y sin presencia próxima de viviendas ni negocios (de hecho, aquí tampoco encontrarás baños, duchas o cafetería).
Para acceder puedes hacerlo de dos formas: dejando el coche en el aparcamiento público de la playa de Tuia y caminar el sendero desde ahí o aparcando en los alrededores de O Cabalo y después hacer a pie el trayecto por el bosque hasta el mar.
Playa de Covelo
Por último, no puedes perderte Covelo, vecina de la famosa playa de Lapamán. Ubicada en la parroquia de Cela, en Bueu, tiene una fina arena y está resguardada por frondosos árboles. El acceso es especialmente complicado para los vehículos y casi es imposible aparcar en la zona, por lo que la cala se mantiene poco concurrida.