En la provincia de Pontevedra se localiza una de las montañas más antiguas de la región gallega: A Serra do Galiñeiro, un sistema granítico montañoso que se extiende a lo largo de los municipios de Vigo, Gondomar, Mos, Tui y Porriño. En la distancia, su notable silueta en forma de cresta destaca por cumbres que llegan a superar los 700 metros de altura. Además, en el límite más al sur de esta cadena montañosa se encuentra el Monte Aloia, el que fue el primer Parque Natural de Galicia en el año 1978. Lo que está claro es que, en toda su extensión, A Serra do Galiñeiro alberga un interesante patrimonio natural, histórico y paisajístico que merece la pena recorrer y descubrir con calma a nuestro paso por las Rías Baixas.
Lo cierto es que el grueso de la sierra se encuentra repleta de restos históricos y arqueológicos de diferentes épocas, entre ellos mámoas, castros, fortalezas y murallas, capillas e incluso molinos, pues desde sus picos también brotan abundantes ríos y regatos. Además, tanto por su belleza natural como por su peculiar orografía, A Serra do Galiñeiro también se ha convertido en uno de los rincones favoritos para los amantes de la naturaleza y mejor valorado entre aquellos que practican la escalada deportiva.
Por otro lado, tal y como sucede como muchos otros enclaves naturales de Galicia, A Serra do Galiñeiro también oculta un cierto componente místico asociado a antiguas leyendas y tradiciones. De hecho, una de las rutas más conocidas asciende hasta el entorno de la conocida como Cova da Becha (o de la Coca), un lugar muy presente en la mitología de la zona y sobre todo en la memoria colectiva de los habitantes de la parroquia de Zamáns en Vigo.
La leyenda más famoso do Galiñeiro
El mundo de los seres mitológicos gallegos conforma un auténtico tesoro cultural que ha sobrevivido al paso del tiempo en la imaginación de cientos de generaciones. Hablamos de leyendas que han dejado una huella profunda en determinados lugares y que hoy en día son todavía capaces de cobrar vida en la memoria de todos esos pueblos y sus gentes. De entre todas ellas, una de las criaturas mágicas más populares de Galicia es la Coca (tarasca o becha), un animal monstruoso con cuerpo de serpiente o de dragón ―como en el caso de Redondela― que suele habitar en las aguas de mares o ríos.
Este ser mágico también es el protagonista de una de las leyendas más famosas de la Serra do Galiñeiro. Y es que según el relato popular de los vecinos de la zona, la Cova da Becha era el hogar de una serpiente mitológica y gigantesca que antaño se dedicaba a chupar las ubres de las vacas lactantes del entorno para privar a las crías de su alimento. Lo cierto es que los más preocupados por este animal legendario eran los vecinos de la parroquia de Zamáns (Vigo), pues sus terneros no lograban crecer como los que tenían otras parroquias pontevedresas y culpaban a la Coca de ello.
Con el tiempo, la situación se volvió tan compleja e intrincada que los habitantes de Zamáns decidieron organizar una especie de comitiva hasta la cueva para amedrentar al animal y empujarlo a escapar de la zona. De hecho, cabe destacar que la idea de los vecinos nunca fue la de matar al animal, pues lo consideraban totalmente inmortal al tratarse de un ser mítico y legendario. A Becha da Serra do Galiñeiro, al escuchar el ruido producido por la procesión de personas decidió huir hacia la zona de Puxeiros y más tarde hasta los Montes da Madroa. Allí, cerca de Trasmañó, la comitiva perdió de vista al animal, por lo que decidieron instalar una zona de vigilancia por si decidía volver. Dicho punto se encuentra en el entorno del monte do Vixiador, en Candeán.
Del Galiñeiro a Redondela
La historia del animal mítico de la Cova da Becha no termina con su desaparición de A Serra do Galiñeiro, pues según cuenta la leyenda, A Becha logró sobrevivir y llegar hasta la localidad de Rendondela. La criatura mitológica se encontraba al borde de la muerte, deshidratada y hambrienta por el acoso al que había sido sometida. Se dice que fue un vecino llamado Xan Carallás el que la encontró y decidió darle de comer y beber, aunque pese a todo, el animal acabó muriendo un jueves de Corpus Christi. Una de las versiones de la leyenda da Coca de Redondela explica que esta es la razón por la cual los vecinos de la localidad pontevedresa empezaron a sacar una representación del animal en esta fecha religiosa tan señalada. Lo más curioso de todo, es que justo en la época en la que falleció la legendaria serpiente, el municipio de Redondela tuvo una de las mejores cosechas de su historia, tanto en tierra como en el mar.