El norte de Portugal constituye, sin duda, uno de los destinos internacionales favoritos de los gallegos. La facilidad para cruzar la frontera, y una historia y cultura común que acerca a ambos territorios y a sus gentes, han hecho que el turismo entre los dos países se haya incrementado y que sea una escapada recurrente desde Galicia .
Su gastronomía, sus parajes naturales y sus alojamientos con encanto son algunos de los atractivos del norte del país luso, que lo convierten en un destino formidable en cualquier época del año. En Treintayseis hemos hecho una selección para aquellos que buscan una pequeña aventura en la que, sin necesidad de hacer muchos kilómetros, el contacto con la naturaleza esté garantizado.
Se trata de tres hoteles rurales ideales para un viaje ya sea solo, con amigos, en pareja o en familia. No te pierdas estas tres opciones para pasar unos días de relax en el país vecino.
Hotel Rural Misarela
A unos 130 kilometros de la frontera gallega (Tui como referente), se encuentra este encantador alojamiento ubicado en la parroquia de Ferral, en la localidad portuguesa de Montalegre.
El proyecto surgió de la remodelación de la antigua Pousada de Vila Nova, realizada por el arquitecto Januário Godinho en el año 1950. Este alojamiento, situado a las puertas del Parque Nacional Peneda-Gerês, conforma el lugar ideal para visitar el único lugar de Portugal catalogado con esta categoría.
El hotel cuenta con 13 habitaciones, piscina exterior, sala de usos múltiples (juegos, cine, reuniones, conferencias), biblioteca, salón con chimenea y zona ajardinada exterior con distintas áreas para disfrutar de su privilegiada ubicación.
Hotel Rural Quinta das Quintães
Solo 143 kilómetros (aproximados) separan el hotel Quinta das Quintães de la frontera gallega, un destino pintoresco ubicado en Valpedre, en el ayuntamiento portugués de Penafiel, a las orillas del río Duero. El alojamiento es un edificio completamente restaurado, moderno, y el paisaje que lo rodea está plagado de viñas.
Quinta das Quintães se presenta como una opción muy recomendada para familias que viajen con niños y quieran disfrutar de algo de paz en el entorno rural. Cuenta nueve habitaciones dobles, que pueden usarse como habitaciones individuales, y un dormitorio familiar. Como explica el propio hotel, cada cuarto tiene una "decoración particular, contemporánea, inspirada en la naturaleza y en colores que incitan al bienestar y a la armonía que un ambiente rural proporciona".
El hotel dispone de espacios verdes y jardines, servicio de alquiler de bicicletas, huerta biológica, centro de meditación, piscina exterior, mini golf, bar y cafetería, wifi y otras comodidades para pasar unos días tranquilos alejados de la ciudad.
Hotel Rural Vale do Rio
A poco más de 150 kilómetros de la frontera gallega, en el municipio portugués de Oliveira de Azeméis se encuentra este fantástico alojamiento perfecto para familias y rodeado de naturaleza en el que su piscina climatizada perfectamente integrada con el entorno constituye uno de sus principales reclamos.
Algunas de las habitaciones cuentan, además, con jacuzzi o su pequeña piscina privada. Si se quiere desconectar del ruido y la velocidad de la urbe, este es, sin duda, un lugar magnífico para hacerlo.
Tal y como explican sus promotores, "la razón principal para la construcción del Hotel Rural Vale do Rio fue la existencia de un mini-hidro desde finales de 1800. Un proyecto innovador, un hotel ecológico que quiere aprovechar y explorar varias energías renovables". Cada una de sus 30 habitaciones tienen vistas al río Caima y a la arboleda que lo rodea.