La primavera es una de esas épocas del año que ánima a las personas a sumergirse de pleno en la naturaleza, sobre todo en rincones como la comarca do Salnés. Considerado por muchos como La Toscana gallega, este geodestino del sur de Galicia tiene todo lo necesario para una escapada primaveral de ensueño: paisajes bucólicos de mar y montaña, pueblos repletos de encanto, una exquisita gastronomía y un ingente patrimonio. En lo que respecta a la costa de O Salnés, los extensos valles de viñedos parecen tocar las aguas del Atlántico mientras que la arquitectura popular de los pazos, hórreos o molinos parece integrarse de manera única con los paisajes verdes de esta región vitivinícola. 

Una de las mejores maneras de descubrir el encanto y la belleza inherente de esta comarca pontevedresa es hacerlo a través de alguno de sus balcones infinitos. De hecho, la propia Mancomunidade do Salnés ha puesto en valor una ruta de miradores que suma más de una veintena de terrazas naturales repartidas entre los nueve municipios que dan forma a este mágico rincón enmarcado en el corazón de las Rías Baixas.

En las alturas del municipio más turístico de las Rías Baixas

Vistas desde Punta Faxilda. Foto: Mancomunidade do Salnés. Mancomunidade do Salnés.

Convertida a día de hoy como uno de los rincones más turísticos de Galicia, la localidad de Sanxenxo esconde en todo su territorio un buen número de miradores naturales que permiten a los viajeros descubrir el encanto costero de esta comarca del sur de Galicia. Una de las terrazas más emblemáticas que podemos encontrar en la carretera que une Pontevedra con el municipio sanxenxino es el Mirador da Granxa, enclavado en un entorno semiurbano que ofrece una panorámica extraordinaria de la ría de Pontevedra, con la villa de Raxó en primer plano y la isla de Tambo en el horizonte. Tan sólo un par de kilómetros más adelante, a la altura de la playa de Barreiros también se alza un balcón de piedra de similares características al anteriormente citado, con bancos de piedra y un merendero desde el que es posible contemplar la zona portuaria de Sanxenxo, Punta Vicaño, Canelas, Cabicastro y hasta la península do Morrazo al otro lado de la ría. 

Ya en la zona más urbana que se extiende entre el núcleo de Sanxenxo y la villa marinera de Portonovo se encuentran repartidos otro par de miradores, entre ellos el de Panadeira, Punta Vicaño y A Peixeira, este último protagonizado por una enorme escultura creada en el año 1994 por el escultor Alfonso Vilar y dedicada a todas las mujeres de la villa que dedicaban su vida a esta labor tradicional. En lo sucesivo, si continuamos la línea de costa hacia el entorno de A Lanzada, la parroquia de Noalla es otro de los rincones del municipio que esconde varios balcones naturales de extraordinaria belleza: el mirador das Canteiras y el de Punta Faxilda, ambos con vistas a la bocana de la ría de Pontevedra, la isla de Ons e incluso el kilométrico arenal de A Lanzada. De hecho, en el caso particular de Punta Faxilda, este enclave mágico está considerado una de las mejores panorámicas de Sanxenxo, rodeado de escarpados acantilados y coronado por uno de los famosos bancos de Noalla. 

Desde la península de O Grove al encanto de Cambados

Istmo de La Lanzada al amanecer desde el monte Siradella en O Grove. Shutterstock

El mirador del Monte Siradella es, sin atisbo de duda, el balcón natural más visitado y con las mejores vistas de toda la península de O Grove. Este mirador 360º ofrece una extensa y espectacular panorámica que abarca el grueso del Complejo Intermareal Umia-O Grove, las ilas Cíes y Ons, parte de la ría de Arousa y el valle del Salnés, así como también el istmo y la playa de la Lanzada. Una de las curiosidades sobre este mirador es que el monte en el que se emplaza  fue en el pasado el escenario del crimen que dio lugar al famoso apodo de los grovenses: los mecos. Al menos eso narra la célebre leyenda que fue referenciada en un gran número de obras como O señor feudal ou quen matou o Meco, de Francisco Franco Calvete. Muy cerca de A Siradella se localiza un segundo mirador conocido como Con da Hedra, el cual conforma el segundo punto más alto de O Grove

Esta ruta por las terrazas naturales de O Salnés continúa en el municipio de Cambados con un mirador que alberga un templo religioso en honor a la Divina Pastora. Dicha balconada con vistas a la ría de Arousa se enclava en lo más alto del Monte da Pastora ―de ahí su nombre―, a unos 58 metros de altitud sobre el nivel del mar y a escasa distancia de las famosas Ruinas de Santa Mariña de Dozo. En cualquier caso, desde este pequeño cerro cambadés es posible obtener una panorámica diferente del trazado costero que abraza ambas orillas de la ría de Arousa. 

El corazón interior de la comarca

Vistas desde el mirador de Simes, Meaño. Foto: Mancomunidade do Salnés

Los municipios de Ribadumia, Meaño y Meis se reparten algunos de los miradores más interiores de esta comarca gallega. Sin ir más lejos, en el casco urbano de Ribadumia podemos encontrar una balconada natural conocida como la Carballeira de Barrantes, si bien es cierto que no se trata de una de las mejores vistas del Salnés. Sin embargo, si nos adentramos en el corazón de las tierras verdes de meaño son varios los miradores que destacan por sus mágicas panorámicas: el de San Benito de Lores, ubicado junto al santuario del mismo nombre y con vistas al valle de Meaño; el de San Cibrán de Cobas, rodeado por una balaustrada de piedra y coronada por un singular cruceiro; y el de Simes, enmarcado a 165 metros de altitud y con unas vistas extraordinarias del valle do Salnés y el horizonte marino. 

En el caso particular de Meis, este municipio pontevedrés alberga en su territorio uno de los puntos más altos de la comarca do Salnés. Con sus cerca de 609 metros, el mirador del Monte Castrove conforma uno de los rincones más privilegiados a la hora de disfrutar del relieve y los paisajes de este geodestino del sur de Galicia. De hecho, en los días más despejados, la panorámica desde la cima del cerro alcanza a divisar gran parte de la ría de Arousa y los extensos valles del Salnés.

El tridente arousano como ventana al Salnés

Vista panorámica desde Monte Lobeira. Foto: Mancomunidade do Salnés osalnes.com

x

Hasta seis espectaculares balconadas naturales se suman a la Ruta de Miradores do Salnés gracias a las localidades de A Illa de Arousa, Vilanova y Vilagarcía. El tridente arousano presume tener algunos de los rincones más mágicos para disfrutar de la puesta de sol y los paisajes costeros de esta comarca. En el caso del municipio isleño, el punto más elevado del territorio alberga una impresionante terraza con vistas. Ubicado a unos 69 metros de altitud y presidido por la monumental escultura de "El Santo", el mirador permite contemplar el entramado costero de la península y la propia isla, desde los límites del Puerto do Xufre hasta el Parque Natural de Carreirón. 

En las tierras de Vilanova de Arousa, los miradores del Faro das Lúas y del Monte Lobeira constituyen dos de los mayores atractivos del municipio. El primero de ellos alberga en su interior una curiosa estructura cuya torre representa en su cubierta tres lunas en cuarto menguante que proyectan unos rayos de luz hacia la comarca en función de la posición del sol. La riqueza natural y paisajística de este entorno vilanovés se hace más evidente si cabe en la cima del Monte Lobeira. A unos 295 metros de altitud se encuentra un lugar a medio camino entre la historia y la leyenda, coronado por una cruz y una placa homenaje del Almirantazgo británico por la tragedia del "Serpent". Desde este punto que antaño acogió el Castro Lupario y un famoso castillo se puede obtener una panorámica de lo más completa de la ría de Arousa, la península do Barbanza y buena parte del valle do Salnés. 

En la capital arousana la Ruta de los Miradores do Salnés se detiene en el entorno del Monte Meda y del Monte Xiabre, este último considerado como el gran mirador natural de la comarca. El sistema montañoso en cuestión alcanza los 642 metros de altura y ofrece desde su cima una de las panorámicas más completas de todo O Salnés, con una extraordinaria vista de 360 grados sobre la ría de Arousa, la península do Barbanza, los valles del Umia y el Salnés, el conjunto de archipiélagos del Parque Natural de las Illas Atlánticas de Galicia y buena parte del trazado urbano de los municipios costeros de la zona.