Monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil.

Monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil. Shutterstock

Escapadas

El monasterio del Siglo XII oculto entre las montañas de Galicia para hacer una escapada única

En su parador es posible realizar un circuito spa básico y combinarlo con otras terapias. Además, desde este enclave se puede llegar en poco tiempo al Cañón del Sil o a las pasarelas del Río Mao

24 mayo, 2024 05:00

La Ribeira Sacra es la joya de la corona para el sur de la provincia de Lugo y norte de la de Ourense. Y no es para menos, pues las orillas de los ríos Cabe, Sil y Miño atesoran un patrimonio monumental e histórico sin comparación, además de una gran riqueza enológica. Precisamente, se trabaja para que sea declarada, por fin, Patrimonio Mundial de la Unesco.

La parte ourensana cuenta con varios monasterios de visita obligada, entre ellos, el de Santo Estevo de Ribas de Sil, construido entre los siglos XII y XVIII en el término municipal de Nogueira de Ramuín y muy próximo a otros como el Monasterio de Santa Cristina, San Pedro de Rocas, Santa María de Montederramo, Santa María de Xunqueira de Espadañedo, y Oseira. Según datos recogidos por el Consorcio de Turismo Ribeira Sacra, este conjunto, que hoy en día es también un Parador, sembró su germen en el siglo VI por San Martín Dumiense. Santo Estevo fue hogar de obispos que decidieron pasar en él sus últimos días.

La iglesia de Santo Estevo es de estilo románico -aunque también tiene influencias del románico y el gótico por las obras que se sucedieron a lo largo de los años- y en su interior se puede divisar la imagen de San Esteban. También destaca el retablo de la capilla, realizado por Juan de Angés. La fachada del monasterio, por contra, es de estilo barroco y se edificó en 1736. Desde esta semana, además, se pueden realizar en ella visitas guiadas.

Dentro del monasterio también llama la atención, además de una cristalera, el claustro de portería, o "de los caballeros". Goza de una gran amplitud y dimensiones y fue una obra de Diego de Isla, que la erigió en el siglo XVI.

Iglesia y monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil. Fotos: Shutterstock

Iglesia y monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil. Fotos: Shutterstock

Iglesia y monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil. Fotos: Shutterstock

Iglesia y monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil. Fotos: Shutterstock

El parador

El Parador de Santo Estevo está calificado, por sus prestaciones, con cuatro estrellas. Es posible efectuar reservas durante todo el año, aunque a excepción de las fechas comprendidas, generalmente, entre el 1 de enero y el 26 de febrero.

Este parador destaca, especialmente, por estar rodeado de naturaleza y gozar de un marco incomparable y tranquilo. Además, desde él es posible divisar el cañón del Río Sil.

Tal y como indican desde la red Paradores, las habitaciones de este complejo se ubican en lo que un día fueron las celdas de los monjes. También dispone de spa en las antiguas bodegas -es posible realizar el circuito básico y combinarlo con una rutina facial, un baño de burbujas o un baño de hidromasaje, entre otros- y un jacuzzi con vistas al bosque que rodea el propio monasterio.

La experiencia se puede completar degustando platos típicos de la gastronomía gallega de interior. Según Paradores, productos autóctonos como la castaña o los vinos de la zona protagonizan la carta, en la que también hay pescados de la ría para aquellos huéspedes menos carnívoros.

Santo Estevo de Ribas de Sil. Foto: Shutterstock

Santo Estevo de Ribas de Sil. Foto: Shutterstock

Una ruta por los enclaves más espectaculares de Ourense

Elegir el Monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil como base en una escapada ourensana es una decisión más que acertada pues, desde él, es posible llegar en tiempos aceptables a otros enclaves como los miradores del Cañón del Sil -o bajar a los embarcaderos para recorrer en catamarán el río-, las pasarelas del Río Mao, o los castillos de Maceda, Castro Caldelas o Monforte. También pasearse por la ciudad de As Burgas, Ourense, y disfrutar de sus aguas termales o de la zona de tapeo y fiesta en el casco antiguo -más conocido como "Os Viños"-.