Entre viñedos, gastronomía y pintorescos paisajes, la comarca do Salnés se ha convertido en uno de los destinos favoritos de todos aquellos que buscan disfrutar de unas vacaciones de ensueño en las Rías Baixas. Conocida por algunos como La Toscana gallega, lo cierto es que este geodestino del sur de Galicia tiene mucho que ofrecer al viajero más intrépido y amante de la naturaleza, pues sus paisajes verdes a medio camino entre el mar y la montaña esconden entre sus límites un sinnúmero de rutas de senderismo. Una de estas mágicas sendas recorre los márgenes del río Umia a su paso por los municipios de Vilanova, Ribadumia y Cambados, dando forma a un escenario de incomparable belleza que se extiende desde el entorno de Ponte Arnelas hasta la desembocadura del curso fluvial en la ría de Arousa.
La Ruta del Río Umia PR-G 173 conforma un recorrido agradable, de unas dos horas y sin apenas desniveles, ideal para hacer en familia y con niños. En este paseo, el río Umia guía al senderista a través de unos paisajes naturales repletos de encanto y misterio, pues esta ruta fluvial no sólo permite al viajero descubrir la flora y fauna que se erige a orillas de este río pontevedrés, sino que también es capaz de sumergirnos en los mitos y leyendas más curiosos de este rincón del Salnés. Lo cierto es que el Umia ha tenido siempre una gran importancia social y cultural para los pueblos que envuelven su recorrido, tanto en lo referente a la economía como a sus ritos y tradiciones. En este último caso, A Ponte dos Padriños y su ancestral ritual de fecundidad constituye uno de los grandes ejemplos de las historias surgidas a lo largo del cauce del río Umia.
Un paseo a orillas del Umia
El río Umia encuentra su nacimiento en la parroquia de Aciveiro, en las tierras altas del municipio de Forcarei. En su descenso atraviesa varios municipios de la provincia de Pontevedra, entre ellos Meis, Ribadumia, Vilanova y Cambados. En su tramo final por la comarca do Salnés, antes de juntar sus aguas con las de la ría de Arousa, el curso fluvial da forma a una agradable senda lineal de unos 5,5 kilómetros que puede dar comienzo tanto en el entorno del puente medieval de Ponte Arnelas (Vilanova de Arousa) como en las proximidades del puente de Barrantes (Ribadumia). También es posible extender el itinerario de la ruta hasta la desembocadura del Umia en Cambados, siguiente el curso del río hasta superar el Puente de A Barca.
En cualquier caso, la ruta fluvial del río Umia apenas presenta dificultad, pues conforma un recorrido ligero y sin apenas desniveles en todo el terreno. De hecho, la senda se encuentra totalmente acondicionada y dispone de varias zonas de descanso, miradores naturales y hasta un idílico columpio con vistas al curso del río ubicado en las cercanías del puente de Barrantes. Cabe señalar que a lo largo de todo el recorrido será necesario salvar las aguas del río en varias ocasiones, a través de pasarelas como las de Cabanelas o Santa Marta. Además, como el valle do Salnés está enmarcado en mitad de una región de gran tradición vitivinícola, es frecuente encontrar en todo el trazado un buen número de bodegas y bonitos paisajes de viñedos que miran al Atlántico. En lo que respecta a la flora y fauna, los alisos (alnus glutinosa) son los grandes protagonistas en la ribera del Umia, acompañados casi siempre de otras especies de helechos y plantas que necesitan sombra y humedad, así como arbustos como el laurel y fauna ictícola entre la que destaca la trucha.
La leyenda de fertilidad del río Umia
Entre los límites de Ribadumia y Vilanova, sobre el cauce del río Umia se extiende una antigua pasarela romana de la fertilidad. Este puente que en la actualidad sirve para conectar ambos municipios de la comarca hunde sus raíces en la Edad Media, si bien fue restaurado en el siglo XVI por orden de Felipe II ya que se trataba de una importante vía de comunicación para el transporte de mercancías desde la costa al interior de Galicia. En el presente responde al nombre de A Ponte dos Padriños o Ponte dos Albertes, y su historia se mantiene ligada a un ritual ancestral de fecundidad y bautizo prenatal.
Según cuenta la leyenda que envuelve al Umia a la altura de esta pasarela, el caudal de este río gallego presume de unas propiedades milagrosas que permiten a las mujeres solucionar cualquier problema de fertilidad. El mito en cuestión explica que las mujeres que no podían tener hijos o habían sufrido un aborto debían dirigirse a este puente medieval antes de la medianoche y llevar a cabo una pequeña ceremonia en cinco pasos para poder quedarse embarazadas y llegar a término, destacando entre los requisitos el ir acompañadas de una pequeña comitiva y portar una encomiable dádiva en forma de comida.