Para los gallegos, Portugal siempre es una opción perfecta para realizar una pequeña escapada en cualquier época del año. El país luso presume de un paisaje ecléctico en el que es posible encontrar espacios de naturaleza virgen como el Parque Nacional Peneda-Geres, villas termales, ciudades de origen romano, pueblos con encanto con mucho por descubrir y, por supuesto, magníficas playas.
Aunque el sur de Portugal se lleva gran parte del turismo costero del país (el Algarve es una de las zonas de veraneo preferidas de toda Europa), en el norte, a un paso de la frontera con Galicia, también encontramos destinos ideales para visitar especialmente en la temporada estival.
Hoy descubriremos un pequeño pueblo costero a solo una hora en coche desde Vigo: Vila Praia de Âncora. La villa forma parte del Camino Portugués por la costa y no cuenta con más de 5.000 habitantes. En ella se respira un ambiente tranquilo todo el año, aunque durante el verano se llena de vida con la llegada de los turistas que buscan disfrutar de un baño en las aguas del océano Atlántico y maravillarse con sus reliquias patrimoniales y sus miradores.
Una villa tranquila y para amantes del surf
Vila Praia de Âncora se enmarca en el municipio de Caminha, ubicado en el distrito de Viana do Castelo. La propia ciudad de Caminha está situada a orillas del río Miño y desde ella se contempla Galicia y el monte de Santa Trega. Sin embargo, este pueblo en cuestión está algo más al sur, ya ante la costa del Atlántico.
Al igual que sucede en otras localidades del litoral portugués, Vila Praia de Âncora es un lugar muy frecuentado por los amantes del surf. Una de sus playas, nombrada igual que el pueblo, está flanqueada por un paseo marítimo (Avenida Dr. Ramos Pereira) en el que se encuentran varias escuelas de surf perfectas para quienes quieran iniciarse en este deporte acuático o alquilar material para practicarlo.
Además, también alquilan kayaks para dar un paseo por el mar y, por ejemplo, en la escuela Surf Koala (ubicada en el paseo marítimo de Vila Praia de Âncora) alquilan bicicletas para recorrer el largo paseo marítimo de una forma diferente.
En la avenida Dr. Ramos Pereira podrás encontrar varios restaurantes de comida tradicional portuguesa en los que comer con vistas al mar. Uno de los mejor valorados es Vitória Mar, en el número 100 de la calle, aunque la oferta es muy amplia y en la gran mayoría de establecimientos degustarás marisco y pescado fresco. Sin duda, lo mejor es echar un vistazo mientras paseas por allí, ya que todos los restaurantes de la zona cuentan con una terraza acristalada exterior a la que podrás asomarte y descubrir cuál te llama más la atención. Como curiosidad: hay uno llamado Rías Baixas.
La playa de Vila Praia de Âncora está divida por la desembocadura del río Âncora, que crea a su paso otro arenal llamado Duna do Caldeirão, el más grande de la zona y con un aspecto más "salvaje" que el otro. De arena blanca y rodeado por un complejo dunar, se puede llegar hasta allí atravesando una pasarela de madera sobre el río.
Lugares que no te puedes perder
Más allá de sus dos bonitas playas, este pueblo pesquero guarda otros encantos que no deben faltar en tu visita. Por ejemplo, el Monte Calvário, una colina desde la que obtendrás una espectacular panorámica de la villa.
Hace unos años, se instaló en este monte dos atracciones que han logrado potenciar las visitas: por un lado, el llamado 'Baloiço do Amor', un bonito columpio-mirador enmarcado en un corazón rojo sobre el que reposa la palabra "amor", perfecto para inmortalizar los recuerdos de tu excursión. En la misma zona se encuentra un banco de grandes dimensiones desde el que observar el paisaje y sacar algunas divertidas fotografías.
En esa misma línea, fuera del Monte Calvário también se construyeron una serie de columpios frente al mar, conocidos como los 'Baloiços das Camboas', ubicados junto a la Avenida Campo do Castelo, en el entorno del puerto. Allí también se ubica el Forte de Lagarteira, una fortaleza militar del siglo XVII-XVII que se conserva muy bien, aunque está temporalmente sin actividad.
En lado contrario de la costa del pueblo (al lado de la playa Duna do Caldeirão) hay otra construcción similar, el Forte do Cão, construido a finales del siglo XVII. Además, Vila Praia de Âncora alberga uno de los monumentos megalíticos más emblemáticos de la Península Ibérica, el Dolmen da Barrosa. En el año 1910 se calificó como Monumento Nacional de Portugal y se puede visitar en medio de un extenso parque, con acceso desde la calle Miguel Bombarda.