Escondido en un extenso valle cubierto de bosques y viñedos, Meaño es conocido como el auténtico corazón de la comarca do Salnés. En este rincón de alma profundamente rural, las tranquilas aguas de la ría de Arousa logran tocar suavemente su costa a la altura de la parroquia de Dena. Es precisamente allí, junto a la ensenada y desembocadura del río Chanca, donde la localidad saca a relucir uno de sus enclaves naturales con más encanto. Un rincón ideal para la observación de aves y, sobre todo, para aquellos viajeros que buscan perderse en la tranquilidad que sólo la naturaleza otorga.
En este zona intermareal más conocida como Foz da Chanca, el estuario oculta bajo sus aguas sedimentos traídos por los ríos y regatos de la zona ―principalmente el Chanca―así como también una curiosa vegetación salobre que da forma a este refugio natural para la flora y fauna. De hecho, se trata de una zona de paso excepcional para multitud de alados durante sus viajes migratorios desde el Norte de Europa y África. Sin lugar a dudas, el hábitat perfecto para un gran número de aves acuáticas, entre ellas lavancos, garzas o pequeñas limícolas, que buscan alimento en sus fondos repletos de lama.
Entre naturaleza e historia en Meaño
Dena es el único punto del municipio de Meaño que tiene conexión con el mar. La conocida como ría o ensenada de Dena se forma en el propio estuario del río Chanca, en una zona muy particular a nivel geológico debido a la gran acumulación de arcilla que existe. No es de extrañar, pues en el litoral que se extiende desde el municipio de Sanxenxo hasta Cambados, en los márgenes de estos humedales de la ría de Arousa, se erigieron varias fábricas de ladrillo y teja (telleiras).
Sin ir más lejos, en los límites de la parroquia de Dena destacan los restos de la Telleira de Seixiños, cuya estructura todavía conserva el horno original con chimenea que fue restaurado a principios del siglo XXI. De hecho, cabe recordar que existe una agradable senda conocida como la Ruta das Telleiras e Lagoas que sigue el rastro de estas antiguas fábricas y su historia a lo largo de unos 15 kilómetros.
En el presente, esta zona enclavada en la desembocadura del regato meañés conforma una excelente zona de recreo para conectar con la naturaleza. El área recreativa dos Pasales se localiza dentro del contorno natural del Complejo Intermareal Umia-O Grove, en un espacio privilegiado envuelto por un bonito paseo fluvial y distintas zonas verdes. La senda en cuestión presenta unos 125 metros de largo y unos 2,5 de ancho que rodean las riberas del río Chanca hasta su salida al mar. El lugar también se encuentra provisto de una zona biosaludable, un parque infantil, una pista de padel y otra polideportiva así como un amplio merendero con mesas, bancos y distintos rincones para el picnic.
Una ruta mágica por el río Chanca
El estuario del regato meañés es también el punto de partida de una ruta lineal homologada, de unos 7,5 kilómetros, conocida como la PR-G 172 Ruta del río Chanca, la cual transcurre entre los límites de los municipios de Meaño y Meis por la parte más occidental de la comarca do Salnés. La senda en cuestión asciende desde la zona costera de Dena por un agradable sendero que sigue el curso del río Chanca hasta el entorno del Monasterio da Armenteira.
Además, a lo largo de todo el recorrido podremos encontrar un interesante patrimonio natural y etnográfico formado por varios conjuntos de antiguos molinos, puentes y pasarelas de madera. En total hablamos de más de 20 de estas estructuras típicas, algunas de ellas completamente restauradas y en las que todavía se pueden ver los mecanismos que hacían funcionar sus engranajes para la molienda. Destaca el caso del molino de O Pontillón, cuyo cubo de forma cilíndrica se encuentra construido a base de aros de piedra superpuestos.