Hace tres décadas, en España existían más de 7.600 kilómetros de vías ferroviarias en desuso, algunas de las cuales jamás llegaron a ver circular ningún tren. Con el paso del tiempo, muchos de estos trazados, cargados de historia y simbolismo, han sido rescatados del olvido, transformándose en un valioso legado cultural y natural. Este renacimiento hacia un fin ecoturístico, ha permitido que las antiguas líneas férreas se integren de forma armoniase con los paisajes de toda la península Ibérica, dando lugar a entornos de gran belleza y singularidad.
Detrás de este ambicioso proyecto se encuentra la Fundación de los Ferrocarriles Españoles (FFE), que desde su creación lideran el Programa Vías Verdes, una iniciativa dedicada a promover y coordinar la recuperación de estos antiguos trazados a nivel nacional como itinerarios no motorizados, pensados para senderistas y cicloturistas. En la actualidad, España cuenta con cerca de 3.500 kilómetros de vías verdes distribuidos en 140 rutas que invitan a redescubrir el país desde una perspecta diferente y en perfecta sintonía con la naturaleza.
Uno de estos mágicos itinerarios se enmarca en el corazón de las Rías Baixas, entrelazando las localidades de Vigo y Redondela. El viejo trazado, ahora convertido en un camino lleno de vida, se extiende desde las modernas instalaciones de Vialia hasta la antigua e histórica estación de Chapela.
Una agradable ruta con vistas al Atlántico
Desde su puesta en marcha a finales del 2021, la Vía Verde de Vigo no tardó mucho tiempo en recibir un reconocimiento a la altura de su trazado: la distinción como Sendero Azul, otorgada por la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (ADEAC). Así, este viejo trazado ferroviario se sumó a las emblemáticas rutas de senderismo de la ciudad Olívica ya incluidas en este prestigioso listado, como el paseo del Lagares, la Ruta dos Faros de Cíes o el sendero del Monte de A Guía.
Transformado en el presente en un itinerario que combina a cada paso la magia de la naturaleza y la memoria ferroviaria de Galicia, esta antigua línea del tren entre Vigo y Redondela se despliega a lo largo de 5,6 kilómetros de asfalto y tierra compactada (catro de ellos por los límites de Redondela), ofreciendo a caminantes y ciclistas la oportunidad de deleitarse con unas vistas excepcionales de la majestuosa ría de Vigo. Entre paisajes representativos y el susurro de la historia, recorrer esta Vía Verde gallega es adentrarse en la perfecta armonía entre el legado industrial y la belleza natural que inunda este tramo de las Rías Baixas. En definitiva: una conexión profunda entre lo urbano y lo rural.
Historia ferroviaria a cada paso
La Vía Verde entre Vigo y Chapela sigue las huellas de la antigua línea del tren Vigo-Coruña, un trazado que se quedó en desuso tras el soterramiento de la entrada ferroviaria a la ciudad Olívica. A lo largo de todo el nuevo recorrido, los viandantes y cicloturistas encontrarán varias áreas de descanso, algunas de ellas sombreadas por árboles de nueva plantación, y rincones repletos de encanto como un antiguo lavadero que fue restaurado con esmero por el Obradoiro de Cantería Redondela Maís que Bela. Los bancos estratégicamente situados ofrecen unas vistas espectaculares de la ría de Vigo, mientras que un carril bici, compartido en alguno de los últimos tramos con la vía peatonal, invita a pedalear en plena conexión con el entorno.
Asimismo, en ciertos puntos del itinerario todavía se pueden observar vestigios de los raíles originales, pequeñas señales que recuerdan el pasado ferroviario de esta agradable ruta de senderismo entre Vigo y Redondela. Además, el grueso del sendero azul se encuentra equipado con iluminación nocturna, permitiendo a las personas disfrutar de su magia incluso cuando el sol se despide por el horizonte.