Galicia y Portugal han sido siempre territorios hermanos, tanto por el idioma como por la cercanía. Hace muchos siglos llegaron a formar parte de la misma provincia romana, Gallaecia, junto a parte de la actual Castilla y León, y Asturias. El país luso es un destino ideal para un mini viaje de fin de semana. Ofrece villas de postal, espacios naturales impresionantes y rincones llenos de historia, así como un apartado gastronómico muy rico y variado.
¿Quién no ha oído hablar alguna vez de las famosas francesinhas? ¿O del bacalhau à brás? Y para poner el broche final a una comida no hay nada mejor que un pastel de nata. En este artículo de Treintayseis viajamos a Portugal para recomendarte 10 lugares que deberías visitar al menos una vez en la vida. ¿Preparado? ¡Vamos allá!
1. Amarante
No puede entenderse Portugal sin la bonita villa de Amarante. La panorámica desde el puente de São Gonçalo con el monasterio y la iglesia homónima ya hace que la visita merezca la pena. Al norte de Portugal, a 1 hora y 20 minutos de la frontera con Galicia, Amarante esconde templos sorprendentes, como la iglesia de São Domingo y la de São Pedro, y uno de los museos más importantes del país luso: el museo Amadeo de Souza-Cardosa. Si llegas a mediodía, no dudes en reservar mesa en Largo do Paco o Restaurante Pena.
2. Aveiro
El municipio de Aveiro es muy popular por sus llamativas casas de colores, ubicada en el barrio de Costa Nova, junto a las góndolas. De ahí que todo el mundo lo conozca como 'la Venecia portuguesa'. Desde perderse por sus calles para admirar la arquitectura art-deco hasta visitar la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Gloria. Estos son algunos planes que podrás hacer en Aveiro. No olvides pasarte por la zona Costa Nova y hacerte una foto en alguna de sus casas de colores. Te sentirás dentro de una película.
3. Azenhas do Mar
Azhenas do Mar es un destino digno de mencionar. Está algo más alejado de Galicia, pero el lugar es fascinante. A solo 15 minutos de Sintra, destacan el mirador y sus piscinas naturales de agua marina, donde es posible bañarse en temporada estival. El pueblo es una auténtica postal, aunque el viento puede llegar a ser indomable en su mirador. ¿Dónde comer? Água e Sal y el Restaurante Piscina Azenhas do Mar son buenas opciones.
4. Braganza
Para hablar de los orígenes de Braganza nos tenemos que remontar al año 1130, cuando el primer rey de Portugal, Afonso Enriques, crea una ciudadela amurallada. Esta villa de origen medieval es el enclave perfecto para los amantes de la historia, ya que el punto principal de las visitas es el Castilla de Braganza, erigido por el hijo del mencionado rey en 1187. Otra parada obligatoria es la Catedral antigua, en la praça da Sé, y para recargar energías, dos restaurantes recomendables son Bela Época y Solar Bragancano.
5. Chaves
Si no tienes planes para el fin de semana, Chaves es un destino con mucho encanto a un paso de Galicia. Son de visita obligada el puente romano de Trajano, el fuerte de São Francisco y el Castelo de Chaves. Conocida por ser una villa con un amplio pasado histórico, sus calles han acogido a pueblos bárbaros, visigodos y musulmanes. Si quieres relajarte, no dudes en acercarte a las Termas de Chaves, un lugar ideal con una tradición milenaria y aguas termales únicas.
6. Guimarães
Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2001, Guimarães es la cuna de Portugal. Se dice que el primer rey Afonso Enriques nació aquí y, además, fue la capital del reino desde el siglo XII. El casco histórico está repleto de impresionantes monumentos, aunque tampoco te puedes perder su espectacular castillo, reconocido como una de las siete maravillas del país luso.
7. Lousã
La naturaleza es la gran protagonista de la villa de Lousã. Talasnal es un punto emblemático, además del Castillo de Lousã. Anclado en el pasado, este bonito pueblo se ubica en un lugar único rodeado de paisajes inigualables. Es un destino para respirar aire puro y (re)conectar con la naturaleza. Caminar por sus callejuelas empedradas y visitar la Casa do Fundo da Vila, construida en el siglo XVII, es la mejor forma de conocer Lousã.
8. Nazaré
¿Quién no ha oído hablar alguna vez de Nazaré y sus olas gigantes? Un destino ideal para surfistas y amantes de la naturaleza. Para conocer su historia encontramos algunas atracciones turísticas como el Santuario de Nossa Senhora da Nazaré y la Casilla da Memoria. También son de visita obligada el fuerte de São Miguel Arcanjo y el mirador del Suberco, que ofrece una postal impresionante del mar. No olvides llevar tu cámara e inmortalizar a surfistas cogiendo las olas más monstruosas del mundo.
9. Évora
Aunque está algo más alejada, la visita a Évora merece la pena (y mucho). Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, la villa tiene mucho que visitar: el templo romano del siglo I, la catedral de Santa María, la capilla de los Huesos y el acueducto de Agua de Plata. La capital del Alentejo esconde otras joyas como la iglesia de San Francisco, de estilo gótico-manuelino, la praça do Giraldo y un complejo de termas romanas, al que se puede acceder de forma totalmente gratuita. En este espacio descubrirás una piscina circular de 9 metros de diámetro y una sala revestida con placas de mármol para los baños calientes y de vapor.
10. Óbidos
En último lugar, y no por ello menos importante, cerramos esta lista con Óbidos. La villa se puede visitar en una mañana o tarde, y su gran encanto reside en sus casas típicas, pintadas de blanco con toques azules o amarillos. También es famosa por su muralla y su imponente castillo. ¿Dónde comer? Para recargar energías te recomendamos reservar mesa en los restaurantes Real Casa do Petisco o A Nova Casa de Ramiro.