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Vista aérea del yacimiento del Monte do Castro Ribadumia
El pueblo do Salnés famoso por el vino tinto, su legado arqueológico y encanto natural
Este destino verde en el corazón de las Rías Baixas alberga uno de los yacimientos más importantes del valle del Umia, acompañado de varios kilómetros de sendas fluviales que revelan su riqueza natural y etnográfica
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Desde su nacimiento en las tierras altas de la parroquia de Aciveiro (Forcarei), el río Umia serpentea con fuerza y serenidad antes de fundir sus aguas con las de la ría de Arousa, dando vida y moldeando los paisajes de ensueño que definen a lugares próximos a sus meandros como Ribadumia. Este destino verde del sur de Galicia desborda desde el corazón interior de la comarca do Salnés por su ingente patrimonio, historia y encanto natural. Enclavado entre valles cubiertos de viñedos y suaves montañas, este rincón se ha convertido en el refugio rural perfecto para quienes buscan calma y conexión con la naturaleza.
Ahora bien, la realidad es que Ribadumia no destaca únicamente por sus tesoros arqueológicos y naturaleza, pues su alma cultural vibra también al ritmo de un protagonista muy especial: el vino de Barrantes, una auténtica joya enológica que impregna su gastronomía y enriquece su identidad popular. De hecho, aquellos viajeros que tienen la fortuna de visitar este precioso pueblo durante las últimas semanas de la primavera pueden disfrutar de unas de sus celebraciones más emblemáticas: la Festa do Viño Tinto do Salnés, un encuentro multitudinario que rinde homenaje a las variedades autóctonas y que convierte este lugar do Salnés en un festejo de sabores y tradiciones.
La cuna arqueológica do Salnés
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Yacimiento arqueológico del Monte Castro Ribadumia
En lo más alto del Monte do Castro, a unos 110 metros de altitud y rodeado de frondosos bosques, se encuentra una de las joyas arqueológicas más fascinantes de la comarca do Salnés. Este enclave histórico, situado entre las parroquias de Leiro y Besomaño, estuvo habitado entre los siglos IV a.C y I d.C., época en la que su ocupación llegó a su fin a causa de varios incendios intencionados. Además, y a pesar de tener unas dimensiones medias para este tipo de poblados de la Edad de Hierro, la de Ribadumia se erige como una de las fortificaciones más imponentes del valle del Umia y la cuna arqueológica de esta comarca.
Cabe recordar que el año 2011, durante unas actuaciones en la zona salieron a la luz importantes restos de este emblemático poblado, revelando más de una docena de cabañas, una gran casa-patio, restos de unas murallas y miles de piezas de incalculable valor, entre ellas más de 20.000 fragmentos de cerámica, elementos líticos, bronces y otros hallazgos que narran parte de su historia. Por otro lado, el lugar también conserva las marcas de una antigua cantera, testimonio silencioso del uso estratégico que siempre ha tenido esta cima para el aprovechamiento de los recursos naturales por parte de las antiguas poblaciones de Ribadumia. Sin duda, una ventana abierta al pasado que invita a descubrir la riqueza patrimonial y natural que tanto define a la comarca do Salnés.
Riqueza fluvial y etnográfica
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A Ponte dos Padriños, entre Ribadumia y Vilanova de Arousa.
Con su atmósfera sosegada y su ubicación a orillas del río Umia, Ribadumia esconde rincones que parecen recién sacados de un cuento. Hablamos de un municipio que presume de varios kilómetros de sendas fluviales, ideales para descubrir en primera persona el rico patrimonio natural y etnográfico que envuelve a los paisajes del interior de la comarca. De todas cuantas sendas existen, la Ruta da Pedra e da Auga ―compartida con el vecino municipio de Meis― continúa siendo uno de los grandes atractivos turísticos de Ribadumia, consolidada además como uno de los recorridos fluviales con más encanto de las Rías Baixas.
Los paisajes rurales de Ribadumia se van dibujando entre bosques atlánticos, viñedos, tierras de cultivo y pequeños ríos y regatos. Lo cierto es que a lo largo y ancho de estas riberas todavía perviven las huellas de la molienda y de la tradición que rodean a los molinos, auténticos emblemas de la arquitectura popular de Galicia. Los molinos de Barrantes y Batán constituyen uno de los ejemplos más destacados de esta herencia en Ribadumia. Este conjunto etnográfico se enmarca en las inmediaciones de la iglesia románica de Santa Baia, formado por cuatro molinos de agua dispuestos en cascada a lo largo de 300 metros. Un agradable y sencillo camino que conecta historia, naturaleza y cultura en un solo paraje.
El tinto de Barrantes
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Tapa de pulpo y tinto de Barrantes. Foto: Concello de Ribadumia
En los extensos valles del Salnés, los viñedos dibujan el paisaje como protagonistas absolutos y productores de vinos tan reconocidos como el albariño Rías Baixas o el tradicional tinto de Barrantes, autóctono de dicha parroquia ribadumiense. Lo cierto es que la Festa do Viño Tinto do Salnés lleva celebrándose en Ribadumia con orgullo desde el año 1967, como un homenaje a este vino único elaborado con la variedad híbrida de la folla redonda, caracterizada, entre otros matices, por su intensa acidez y textura robusta.
Este gran evento en Ribadumia, que suele llevarse a cabo entre finales del mes de mayo y principios de junio, va más allá de la típica exaltación vinícola. El encuentro combina fiesta y tradición en una programación en la que no faltan las misas, procesiones, pasacalles, showcookings, los clásicos stands de vinos y hasta vibrantes verbenas nocturnas animadas por las mejores orquestas de Galicia. Sin duda, un encuentro que celebra la cultura, el sabor y la diversión a partes iguales, convirtiendo a Ribadumia en un destino imprescindible también para los amantes del buen vino y las tradiciones gallegas.