Toda la solera de la capital ourensana se concentra en un pequeño local de la Rúa de Reza conocido como el Bar Pepinillo, famoso por sus numerosas variedades de bocadillos con encurtidos. En pie desde diciembre del año 1946, se trata de uno de los bares más antiguos de la ciudad, cuya estética antigua y tradicional se mantiene congelada pese al paso del tiempo. En la actualidad es la tercera generación familiar la que regenta el local, encabezada por Andrés Fernández, nieto de uno de los fundadores, y Suso Pérez, su cuñado.
"Al principio se vendía vino a granel, licores… y sobre el año 50 debió ser cuando se empezó a traer pepinillos y preparar bocadillos", rememora Andrés. De hecho, por aquel entonces el local todavía recibía el nombre de O Laurel, pues "antiguamente cuando venían los vinos nuevos, cuando se cambiaba de añada, se ponía una rama de laurel en la puerta ―al igual en pasa en los furanchos― para indicarlo". Tiempo después, cuando la fama de los encurtidos empezó a crecer entre la clientela, el espacio terminó siendo rebautizado, primero de forma popular y luego oficial, como Bar Pepinillo.
Una fórmula con décadas de éxito
Los bocatas del Bar Pepinillo llevan décadas siendo un imprescindible entre las calles de Ourense. Aquí funciona lo clásico y nadie que entre en este histórico local puede salir sin haber probado al menos uno de sus bocadillos rellenos del producto estrella: el pepinillo. De hecho, según nos aclara su actual propietario, a lo largo de todo el año pueden llegar a utilizar "sobre 700 kilos" de este manjar encurtido, traído directamente desde una fábrica familiar de Benavente (Zamora).
"Los pepinillos vienen en un vinagre que es más industrial y nosotros los metemos un par de días en un vinagre que hacemos para que coja más fuerza, más sabor", reconoce Fernández. Este vinagre de vino casero es, quizás, una de las fórmulas del éxito del establecimiento, junto a otros productos de calidad tales como el queso de Arzúa o la panceta catalana, otros dos clásicos acompañamientos entre los panes del Bar Pepinillo. En ese sentido, y aunque la carta del local suma cerca de medio centenar de bocadillos diferentes, algunas combinaciones se han convertido en comandas insustituibles: "en bocadillos fríos el más popular es el de Arzúa con anchoas y pepinillos (…) y ahora en caliente destaca el de panceta con queso y pepinillo", apunta el dueño. Además, según explica Andrés, el recetario de bocatas se puede ampliar para adaptarse a los gustos del cliente siempre y cuando en el bar tengan los ingredientes necesarios para ello.
Y más allá de los bocadillos, el Bar Pepinillo reserva un pequeño apartado de hamburguesas y tortillas francesas que complementan la oferta típica del local. "Aquí tenemos lo clásico: una burger con queso, otra completa y una con panceta para hacerla un poco más cochina", bromea el propietario. En cualquier caso, el coste de los diferentes platos en carta se mueven en unos precios (más que asequibles) que oscilan entre los 2 y 5,30 euros.
El Bar Pepinillo en casa
Una caja registradora de mediados del siglo pasado; una picadora que atesora tantos o más aniversarios que el local, o una pandereta sostenida sobre un estante repleto de recipientes clásicos de cerveza y Coca-Cola, son algunos de los detalles de ayer y hoy que recorren las paredes y pequeños rincones del Bar Pepinillo. "Quiero que todo siga igual", expresa Andrés Fernández sobre la estética antigua que caracteriza al emblemático bar. "Aquí a mi local se viene a comer y a hablar", añade.
A pesar de mantener una esencia tradicional en sus formas, desde el establecimiento no renuncian a adaptarse a los nuevos tiempos. "Con el paso de los años sí que metimos reparto a domicilio y tenemos instagram, facebook… todas esas cosillas que hay que tener", admite Fernández. Así, los bocadillos con pepinillo más famosos de la localidad llevan ya unos "seis o siete" años desplazándose hasta los hogares ourensanos a través del reparto a domicilio; y previamente, también gracias a la recogida en el local, que a día de hoy continúa siendo una de las vías de pedido más demandadas por los clientes del Bar Pepinillo.