Las Rías Baixas son conocidas por sus espectaculares playas y su increíble gastronomía, protagonizada por productos procedentes del mar. Cada rincón esconde numerosos establecimientos hosteleros en los que darse un festín con platos típicos de la cocina gallega, como zamburiñas a la plancha, navajas y pulpo á feira, acompañados, por supuesto, de una buena copa de vino Albariño.
Ir de tapeo se ha convertido en un atractivo turístico más y el aperitivo estrella de la zona es un alimento rico en proteínas de alta calidad. Ayuda a mantener sanos los huesos y los músculos, y también contribuye a reparar células y producir otras nuevas. No hablamos de las zamburiñas ni tampoco del pulpo, sino de un producto que se puede cocinar de muchas formas: los mejillones.
Un producto que encanta
Este alimento es un básico de la carta de prácticamente cualquier establecimiento gallego, aunque en las Rías Baixas es especialmente típico, puesto que en esta región se encuentra la mayor producción de este molusco, de carne blanda y jugosa, y de color amarillo o rojizo, más intenso en las hembras que en los machos.
Como ya hemos adelanto, existen varias formas de cocinar los mejillones, aunque quizás la sencilla (y saludable) es al vapor. Para ello, hay que eliminar las barbas y adherencias y, pasarlos por agua para retirar cualquier resto de suciedad. Una vez escurridos, se introducen en la olla con abundante agua, hojas de laurel, limón y un poco de sal gruesa, y se dejan cocina alrededor de 10 minutos.
Los mejillones con tomate a la marinera, en escabeche, a la provenzal o a la vinagreta son otras recetas deliciosas y muy fáciles de preparar. Aunque si la cocina no es lo tuyo o no tienes tiempo, las Rías Baixas cuentan con infinidad de locales de restauración para degustar este producto lleno de sabor.
La marisquería A Meca, en O Grove, es conocida por sus raciones generosas de mejillones, mientras que la taberna de A de Lino, en Combarro, es parada obligatoria para los amantes del marisco. Se encuentra en una pintoresca villa marinera repleta de hórreos y cruceiros, y ofrece comida tradicional al mejor precio, con unos estupendos mejillones al vapor.
A Centoleira, en Oia, sirve unos mejillones deliciosos y para aquellas personas que deseen disfrutar de una experiencia gastronómica premium está Casa Solla, en Poio, un restaurante con estrella Michelin. "La experiencia de comer un menú a ciegas es magia para el paladar, una explosión de sabores que te lleva a matices peculiares y a recordar esa sensación de lugares que te da la naturaleza", dice una de las más de 1.000 reseñas en el gigante Google.
Propiedades nutricionales
Los mejillones son ricos en proteínas de buena calidad, aunque en cantidad algo inferior a las del resto de los moluscos, y además, contienen muy poca cantidad de grasa, por lo que es ideal para dietas de pérdida de peso. Al hilo de este asunto, una ración de 100 gramos de mejillones aporta alrededor de 60 kcal.
El selenio es el mineral más destacado, "siendo los aportes de una ración casi suficientes para cubrir el total de las ingestas de selenio recomendadas al día para mujeres en edades comprendidas entre los 20 y 39 años y actividad física moderada", según informa el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
También cabe destacar los aportes de hierro, fósforo y yodo. "El hierro que contienen -4,5 gramos por 100 gramos de carne de mejillón- es superior incluso al de muchas carnes como la de cerco o ternera, si bien hay que tener en cuenta que los mejillones se consumen en cantidades inferiores a las carnes, y con menos frecuencia".
Por otra parte, los mejillones son fuente de vitaminas del grupo B, con aportes de vitamina B12 muy por encima de la ingesta recomendada al día. Este nutriente ayuda a mantener la salud de las neuronas y la sangre, y también es fundamental para el correcto funcionamiento del cerebro y del sistema nervioso.