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La gastronomía gallega es conocida por su riqueza en productos frescos del mar y de la tierra, además de su carácter sencillo y auténtico, en el que predominan ingredientes naturales y recetas tradicionales que se han transmitido de generación en generación.

Y entre los platos típicos de la gastronomía gallega se encuentran los pimientos de Padrón, que son esos pequeños pimientos verdes famosos porque, aunque la mayoría no son picantes, de vez en cuando aparece uno que sí lo es, creando una sorpresa para quien lo prueba. Se fríen en aceite de oliva y se sirven con sal gruesa, normalmente como tapa o guarnición de platos principales.

Sin embargo, ¿cuáles son las recomendaciones que se deben seguir para que queden perfectamente fritos? En ocasiones, los platos más sencillos como estos pueden llegar a ser los más difíciles de elaborar. Por ello, te contamos el truco de las abuelas gallegas para que te queden en su punto: ni duros ni blandos.

En primer lugar, cabe destacar que los pimientos de Padrón son un producto típico de Galicia, en especial de la localidad de Padrón, en la provincia de A Coruña. En cualquier caso, estos pimientos se han convertido en un emblema de la gastronomía gallega debido a su sabor distintivo y su popularidad en los bares y tabernas, servidos como tapa o acompañamiento en muchas comidas.

Estos son pequeños, generalmente de 5 a 10 centímetros de longitud, con una forma alargada y algo irregular. En cuanto a su color, varía del verde claro al verde oscuro, aunque algunos ejemplares, si están muy maduros, pueden tornarse rojos.

Sin embargo, lo que hace únicos a estos pimientos es su sabor impredecible. La mayoría son suaves y de sabor agradable, pero de vez en cuando uno resulta muy picante, lo que ha dado lugar a la popular expresión gallega: "Os pementos de Padrón, uns pican e outros non" ("Los pimientos de Padrón, unos pican y otros no").

Los pimientos de Padrón se cultivan principalmente en los campos de esta región gallega, donde las condiciones climáticas (humedad y temperaturas suaves) son ideales para su crecimiento. La temporada más habitual para encontrarlos frescos va de mayo a octubre, aunque hoy en día se pueden consumir durante todo el año gracias a los cultivos en invernadero.

Sin embargo, vamos a lo importante: ¿cuáles son los trucos para conseguir que los pimientos de Padrón queden en su punto? Son muchas las recomendaciones que se pueden seguir.

Para lograr que los pimientos de Padrón queden en su punto, es importante seguir algunos trucos sencillos que aseguran que estén bien fritos, sabrosos y con la textura adecuada:

  1. Escoge pimientos frescos y de buen tamaño. Lo ideal es elegir pimientos de Padrón frescos y pequeños, ya que suelen ser más tiernos y menos picantes. Asegúrate de que estén bien verdes y sin manchas.
  2. Sécalos bien antes de freírlos. Lávalos bien, pero es fundamental secarlos completamente antes de freírlos. Si los pimientos están mojados, el aceite puede salpicar más y la fritura no será uniforme.
  3. Fríelos en tandas pequeñas. No llenes demasiado la sartén, es mejor freír los pimientos en pequeñas tandas para que no se enfríe el aceite y se cocinen de manera uniforme.
  4. No los frías demasiado tiempo. Los pimientos de Padrón necesitan solo unos minutos en el aceite, hasta que la piel se arrugue y adquiera un color verde más oscuro. Freírlos demasiado tiempo los puede resecar.
  5. Escúrrelos bien del aceite. Una vez fritos, retíralos y ponlos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Esto evita que queden demasiado grasientos.
  6. Añadir sal al final. Es clave añadir sal gruesa justo después de retirarlos del aceite, mientras aún están calientes. La sal gruesa potencia su sabor y le da ese toque característico.
  7. Servir inmediatamente. Los pimientos de Padrón deben comerse recién fritos, ya que si se enfrían pierden parte de su textura crujiente.

Además de las recomendaciones anteriores, también debes tener en cuenta que los debes freír en aceite abundante y bien caliente. Se recomenda utilizar aceite de oliva virgen extra en abundancia y asegúrate de que esté bien caliente (entre 180-190°C). Esto permite que los pimientos se frían rápidamente, quedando crujientes por fuera y tiernos por dentro.

Una vez que termines de freírlos, te encontrarás con una tapa deliciosa. De hecho, los pimientos de Padrón se combinan con otros platos típicos de Galicia como el raxo con patatas (carne de cerdo adobada), o se añaden como guarnición de carnes a la parrilla y tortillas.

Asímismo, cabe destacar que los pimientos de Padrón resultan una opción bastante saludable, en tanto que tienen pocas calorías, lo que los convierte en una opción saludable. Además, son ricos en fibra lo que ayuda a regular el tránsito intestinal.

También contienen vitamina C, vitamina A, y minerales como el potasio y el magnesio. Y no sólo esto, sino que los pimientos tienen compuestos antioxidantes que contribuyen a la salud celular.