Las rosquillas gallegas, un dulce tradicional de Galicia, son un tipo de masa frita muy popular en la región, especialmente en celebraciones festivas y ferias. Su origen se remonta a recetas antiguas de la repostería casera, elaboradas con ingredientes sencillos como harina, huevos, azúcar y, en algunos casos, un toque de anís o aguardiente que les da un sabor característico. La masa se moldea en forma de rosquillas, se fríe en abundante aceite y luego se espolvorea con azúcar, creando un exterior crujiente y un interior esponjoso.
Existen variantes locales, como las rosquillas de anís, que llevan este licor en la masa para darles un sabor más intenso, o las rosquillas bañadas en almíbar, que se impregnan en una mezcla dulce después de fritas. La textura de las rosquillas gallegas es ligera y aireada, y su preparación es ideal para acompañar con un café o té. Además, es común encontrarlas en ferias y romerías gallegas, donde se venden recién hechas y son un dulce emblemático de la gastronomía popular gallega.
Sin embargo, si lo que buscas es elaborar una versión más saludable de este dulce típico, te contamos que puedes hacer algunos ajustes en los ingredientes y el método de cocción, conservando el sabor tradicional pero con menos calorías y grasas.
Estos son los ingredientes que necesitas para elaborar unas rosquillas gallegas en una versión saludable. Son los siguientes:
- 2 tazas de harina integral o de avena (para aumentar la fibra)
- 2 huevos
- 1/3 de taza de aceite de oliva suave (en lugar de manteca)
- 1/4 de taza de miel o azúcar moreno (como endulzante natural)
- 1/2 cucharadita de polvo de hornear (opcional para un toque más esponjoso)
- Ralladura de limón o anís al gusto (para aroma y sabor)
- Unas gotas de extracto de vainilla (opcional)
- Canela para espolvorear
En cuanto a los pasos que tienes que llevar a cabo para elaborar estas rosquillas son pocos, por lo que se considera una receta bastante sencilla de elaborar:
- Preparación de la masa: En un bol, bate los huevos junto con el endulzante, la ralladura de limón y el aceite de oliva hasta que la mezcla sea homogénea.
- Añadir harina: Incorpora la harina poco a poco, mezclándola bien hasta obtener una masa que no se pegue a las manos. Agrega el polvo de hornear si prefieres una textura más aireada.
- Formar las rosquillas: Forma pequeñas bolas de masa, haz un agujero en el centro y da forma a las rosquillas.
- Cocción: En lugar de freírlas, hornéalas en una bandeja con papel de horno a 180 °C durante unos 15-20 minutos, o hasta que estén doradas. Esto reduce significativamente el contenido de grasa.
- Decoración: Una vez horneadas, espolvorea las rosquillas con canela o un poco de azúcar glas, si lo deseas.
En consecuencia se puede apreciar que el sabor de las rosquillas pueden variar: algunas se fríen y otras se hornean, pero todas comparten un toque de anís o limón, dándoles ese aroma tan especial que recuerda a la tradición gallega. Además, el proceso de elaboración era muchas veces un evento en sí mismo, en el que participaban varias generaciones de la familia, perpetuando así la receta y el vínculo con la gastronomía local.