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El guiso de lentejas es un plato tradicional muy querido en toda España. Se trata de una receta humilde, fácil de preparar y cargada de sabor, que también es una excelente fuente de nutrientes, especialmente proteínas y fibra. Cada comunidad autónoma ha desarrollado su propia versión del guiso de lentejas, adaptando los ingredientes a los productos locales y a las tradiciones culinarias de cada región.

Las lentejas han sido cultivadas en la Península Ibérica desde la época de los romanos, y se considera uno de los cultivos más antiguos en España. Este guiso sencillo se fue popularizando en la gastronomía popular como un plato nutritivo y económico que se podía elaborar en grandes cantidades. Además, al ser un plato caliente y saciante, ha sido especialmente apreciado en las zonas rurales y en climas más fríos.

¿Cómo hacen las abuelas gallegas las lentejas?  Las abuelas gallegas preparan las lentejas con un toque muy casero y reconfortante, adaptándolas a los ingredientes locales y a las costumbres de la cocina gallega. Suelen emplear ingredientes frescos de la huerta y carnes que aporten profundidad y sabor al guiso, como el lacón o las costillas. 

En Galicia, el guiso de lentejas a menudo se cocina con costillas de cerdo o lacón, ingredientes populares en la cocina gallega. También es común que se añadan grelos o berza en temporada, aportando un sabor vegetal y un toque único.

En consecuencia, a continuación te contamos cuáles son los ingredientes que necesitas para elaborar unas lentejas como una auténtica abuela gallega:

  • Lentejas pardinas: suelen usarse porque no requieren remojo y se cuecen rápidamente.
  • Costillas de cerdo o lacón: aportan un sabor ahumado y un toque gallego muy característico.
  • Chorizo gallego: se agrega en trozos, dándole al guiso un toque sabroso y un poco de grasa.
  • Cebolla y ajo para el sofrito.
  • Pimiento verde y pimiento rojo, que aportan color y sabor.
  • Zanahorias y puerro, cortados en trozos pequeños.
  • Grelos o berza (opcional y en temporada), para añadir un toque vegetal típico gallego.
  • Laurel: una hoja para aromatizar el guiso.
  • Pimentón de la Vera: se utiliza tanto dulce como picante, aportando un sabor ahumado.
  • Aceite de oliva: para el sofrito.
  • Sal y pimienta al gusto.

En cuanto a los pasos para elaborar unas lentejas al estilo gallego, son los siguientes, si bien es cierto que puede haber modificaciones, al igual que ocurre con los ingredientes:

  • Preparar las costillas o el lacón: si se usa lacón, se recomienda desalarlo en agua fría durante unas horas. Las costillas de cerdo se pueden usar directamente.
  • Sofrito: en una olla grande, se añade un poco de aceite de oliva y se sofríen la cebolla, los ajos, los pimientos y el puerro a fuego medio. Se cocina hasta que las verduras estén tiernas y ligeramente doradas.
  • Añadir el pimentón y las lentejas: cuando el sofrito está listo, se retira del fuego para añadir el pimentón y evitar que se queme. Después, se agregan las lentejas y se mezclan bien para que se impregnen de los sabores del sofrito.
  • Cocción: se añade agua o caldo casero (preferiblemente de verduras o de carne) hasta cubrir las lentejas, y se incorporan las costillas o el lacón y el chorizo en rodajas. También se añade una hoja de laurel.
  • Añadir los grelos o berza: en la fase final de cocción, cuando las lentejas están casi hechas, se agregan los grelos o la berza si se desea un toque gallego extra.
  • Cocinar a fuego lento: se deja cocer todo a fuego lento hasta que las lentejas estén tiernas y el caldo se haya reducido un poco, aproximadamente 45 minutos a una hora, removiendo de vez en cuando para que no se pegue.
  • Ajustar la sal y servir: antes de servir, se ajusta la sal y se retira la hoja de laurel. Las abuelas suelen dejarlas reposar un poco antes de comer, ya que el reposo intensifica el sabor.

Las lentejas al estilo gallego son un plato ideal para los días fríos, y a menudo se preparan en grandes cantidades para compartir en familia. La receta varía ligeramente según la zona y los gustos de cada familia, pero siempre mantiene ese toque hogareño y reconfortante que las hace tan especiales.