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Las cremas de verduras son muy populares durante el invierno por ser reconfortantes, saludables y fáciles de preparar. Su textura suave y su capacidad para servir calientes las convierten en una opción ideal para combatir el frío. Además, permiten aprovechar productos de temporada como calabaza, zanahoria o espinacas.

Son ricas en nutrientes, bajas en calorías y adaptables a diversas dietas. Las cremas también destacan por su versatilidad: pueden servirse como primer plato, cena ligera o incluso como acompañamiento.

Sin embargo, lo que nos importa es:¿cómo elaboran las abuelas gallegas las cremas de veduras? Las abuelas gallegas elaboran las cremas de verduras de manera sencilla y casera, utilizando productos frescos de temporada. 

Crema de verduras.

La receta de las abuelas gallegas para hacer crema de verduras es sencilla: comienzan sofriendo cebolla, ajo y puerro en aceite o manteca. Luego, añaden verduras como calabaza, zanahoria, grelos o patata, dependiendo de la estación.

Cubren con caldo casero, preferiblemente de carne o huesos, y cocinan hasta que las verduras estén tiernas. Finalmente, lo trituran hasta obtener una textura cremosa, ajustan sal y, a veces, añaden un chorro de nata o leche para mayor suavidad.

Sin embargo, un truco de las abuelas que puede resultar desconocido por muchos para conseguir mayor cremosidad en las cremas de verduras es añadir cortezas de un queso muy curado a la cocción de una crema de verduras puede intensificar el sabor. La corteza libera lentamente sus matices umami y lácteos, enriqueciendo la crema sin añadir sal extra.

Es importante asegurarse de que las cortezas estén limpias y sean comestibles, preferiblemente de quesos como parmesano o manchego. Retíralas antes de triturar, o déjalas si se han deshecho completamente. ¡Un truco sencillo pero muy efectivo!

Queso manchego.

Otros trucos para conseguir una crema de verduras cremosa y con mucho sabor son los siguientes: en primer lugar, sofreír las verduras antes de añadir el caldo, en tanto que esto realza su sabor. También puedes optar por añadir patata o boniato, que aportan textura suave y espesa.
De la misma manera, puedes usar caldos caseros en lugar de agua para enriquecer el sabor, así como incorporar frutos secos (almendras, anacardos) o un toque de leche de coco para una textura más aterciopelada. Finalmente, el puré tendrá más consistencia un poco de mantequilla o nata, que añade un extra de cremosidad.

En definitiva, nos encontramos con que cada región aporta su toque local a las cremas de verduras, como el uso de patatas para dar mayor consistencia o un chorrito de aceite de oliva para suavizar la textura, además del truco de las cortezas del queso.

Si el invierno ya ha llegado a tu región, no dudes en incorporar las cremas de verduras a tus comidas y cenas en tanto que son perfectas por su capacidad para calentar el cuerpo y su sabor reconfortante.

Estas cremas destacan porque son fáciles de hacer, nutritivas y versátiles. Asimismo, los tipos más comunes incluyen la crema de calabaza, zanahoria, grelos (especialmente en Galicia), espárragos, y puerros.